La memoria de Prudence no es lo que era. Buena muestra de ello es que ella quiere ir al baile de veteranos con Mildred, pero ella falleció hace años, y pese a que el cuidador de su residencia se lo recuerda, ella se enfunda su traje de la Segunda Guerra Mundial y va en busca de su novia. Pero, claro, ella no está. No así su nieta, a la que Prudence le cuenta su historia.
Este cortometraje de apenas ocho minutos condensa muchas de las cosas que nos gustan: historias que algún día hicieron feliz a alguien, la sesnación de que las cosas pueden ser bonitas, y, esto ya es cosa mía, una banda sonora chula. Dirigido y escrito por la cineasta Angela Jude, Prudence es uno de esos cortos a los que volveremos en alguna tarde de otoño.
Vía: Lesbianlips