Tópicos típicos, esta sección donde cogemos una frase clásica del mundo croqueta y hacemos con ella el mono serias reflexiones. En el capítulo de hoy:
‘Las lesbianas están todas locas’
lesbiana común dixit
Siempre me ha fascinado esta idea, que creo que decimos todas las muchachas con gustos croquetiles del mundo, y siempre me ha recordado a la historia de las dos preguntas. Me explico: (Scout se pone gafas de empollona)
Entre un grupo de personas se reparten dos preguntas. La primera: ‘¿Quieres cambiar el mundo?. La segunda: ‘¿Crees que los demás quieren cambiarlo?’. Los resultados, abrumadora respuesta afirmativa en el primer caso, y negativa en el segundo. Ante esta ilógica situación —Beltrand Russel allá donde esté se remueve en su tumba pensado en si A es B y B es A— y yo me paro a pensar (a veces pasa), ¿Por qué?
¿Por qué todas pensamos que nuestra compañeras de orientación sexual están locas, pero nos excluimos? Es más, ¿a que se debe esta idea de la locura masiva? —Freud guarda silencio— ¿Será porque cazar palomas a ras del suelo nos jode la vida? ¿Será que vemos demasiadas tramas de ficción mala? ¿El trauma de si Elena Anaya saldrá del armario definitivamente algún día? ¿Será el pelo de gato? ¿La voz de Malú?
Estudios de la Universidad de HULEMS afirman que el problema radica en el punto en que dos cerebros femeninos se unen. Veámoslo así: En una relación heterosexual la retorcida mente de una chica se ve compensada por la más práctica y sencilla de un chico (os envidio muchachos). En una relación gay las cosas resultan, cuanto menos, más directas —hola Grindr — ¿Pero qué sucede cuando dos cerebros completos capaces de realizar suposiciones triples del orden de ‘y si y si y si’ se unen? CORRECTO, se desencadena la locura (al menos de forma transitoria)
Porque esto es así, nos encanta el romanticismo, la pasión, los sentimientos… pero también los dramas, los ojos húmedos por la mujer de nuestras vidas y un largo etc de sensaciones y sentimientos más propios de una telenovela latina que de personas racionales.
Así que es posible que sí, que las lesbianas ESTEMOS todas —un poco— locas y que tanto quejarnos y repetírnoslo, cuando aparece alguien normal en nuestras vidas seamos nosotras las que digamos: Con esta que me gusta me toca a mi ser gilipollas. No puede ser, algo tendrá, porque Natalie Portman solo hay una.
* Todo lo aquí recogido no puede entenderse si no desde una perspectiva de pretende, exclusivamente, hacer humor.