De Jane Austen siempre se recordará su gran aportación a las letras británica y el habernos dado a una de las relaciones heterosexuales ficticias más famosas de toda la literatura, la de Elizabeth Bennet y el señor Darcy de Orgullo y Prejuicio. Aunque, según Lucy Worsley, escritora de la recientemente publicada biografía Jane Austen at Home, es posible que Jane no fuera tan heterosexual como nuestros protagonistas.
Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa. Así comienza Orgullo y Prejuicio, pero su autora no se vio nunca en la necesidad de ser la de ningún hombre soltero. A Jane Austen le propuso matrimonio en 1802 un amigo de la familia, Harris Bigg-Wither. Ella aceptó en el momento, pero al día siguiente cambió de opinión y canceló el compromiso. Doce años después, a su sobrina, confesaría que “cualquier cosa es preferible a un matrimonio sin afecto”.
Austen terminaría sus días sin haber pasado por el altar, existiendo siempre existió cierto interés sobre la vida sexual de la escritora británica. ¿Se había acostado Jane alguna vez con algún hombre? Worsley rechaza esa posibilidad por una razón de clase, como miembro de la aristocracia, un embarazo fuera del matrimonio habría puesto patas arriba su vida. ¿Y con alguna mujer? La posibilidad está sobre la mesa. El sexo lésbico no es que le hiciera mucha gracia pero, considerando las posibilidades de quedarse embarazada que existen después de practicarlo, no es como si alguien fuese a enterarse. En esta época no era raro que las mujeres compartieran cama, y Jane solía dormir frecuentemente con una de sus amigas. ¿O quizás “amiga” es más adecuado? Supongo que nunca lo sabremos, pero Worsley nos advierte que no debemos dejarnos engañar por la imagen de mojigata y recatada que podía dar Austen.
Vía: Pinknews