Quizás no es muy típico que haya heroínas de cómic croquetas, pero las hay. Gran pareja con muy pocos momentos románticos y que, tras la “no-muerte” de Sara, estando ambas en distintas series, veo imposible de continuar… pero que siempre serán una gran parte de la historia de Green Arrow. Para mi dos grandes personajes que demuestran que las mujeres somos ¡de armas tomar!
Espero que disfrutéis los videos y…
https://www.youtube.com/watch?v=D6-8e34WfJY
¡No os esforcéis mucho, que estamos aun en domingo!
Queridas croquetillas, Marzo acaba, y como es obvio empieza Abril, y aquí estamos de nuevo. Un mes más cargados de propósitos, de proyectos y de ganas de escribir, escribir y escribir. ¡Así que vamos a ello!
Marzo es un mes de mucha visibilidad. De mucha, mucha, mucha, MUCHA. Por un lado, porque en España el día 15 se celebró el Día de la Visibilidad Trans, conmemorando el aniversario de la aprobación de la Ley 3/2007, que regula la Ley de Identidad de Género en España; por otro lado porque el día 31, ayer, se celebró a nivel internacional el mismo día y también porque el día 17 la Asamblea de Madrid aprobó la Ley Identidad y Expresión de Genero e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad de Madrid sin los votos de cierto partido, adivinad cual, que se abstuvo.
https://www.youtube.com/watch?v=GFC0XPEb5H8
Y para esta visibilidad, a parte de grandes activistas trans y LGTB+ con los que podemos contar para toda campaña o acto, encontramos asociaciones que se han hecho un hueco en nuestra vida y en nuestro activismo. Y en este caso, os queremos hablar de Fundación Daniela. Os escribimos sobre ella porque pensamos que su tarea es más que necesaria en nuestra sociedad a día de hoy, porque uno de sus objetivos principales es acabar con la discriminación que sufren lxs menores y adolescentes transexuales en nuestro país. Además pretenden mejorar la formación de lxs profesionales de la intervención sociosanitaria sobre la diversidad sexual, la identidad de género y sus diferentes expresiones.
Conocer la realidad de estxs niñxs nos ayuda a acercarnos un poco más a la diversidad de nuestra sociedad, a sus inquietudes, sus ganas de vivir y su valentía. Porque debemos amar la diversidad de los cuerpos y de estos menores que necesitan tanta visibilidad social. Os dejamos aquí un pequeño video de qué hace, por ejemplo, su grupo joven. Os animamos a informaros sobre esta asociación, ya que uno de los psicologos, Leo Mulió, fue protagonista del famoso documental “El sexo sentido”, del cual hablaremos el próximo mes.
Es bastante impresionante el esfuerzo que está haciendo en los últimos tiempos la ficción española por estar al nivel de la extranjera. Siempre se han relacionado las series patrias con algo poco arriesgado, deslabazado, para toda la familia desde el bisnieto al tatarabuelo, y largo, muy largo. Afortunadamente, las productoras y las cadenas han sabido ver que, quizá, ese no era el mejor modelo, y que si las producciones extranjeras se llevaban tantas alabanzas, por algo sería. Pero una de las nuevas series de Antena 3, Buscando el norte, que se estrenó esta temporada, ha sabido dar la campanada y conquistar a la audiencia cogiendo lo mejor de cada modelo, y la cosa parece que funciona.
El primer episodio, lo reconocemos, nos costó un poco. Fue un festival del estereotipo, de cosas que ya no es que hubiéramos visto mucho, es que hace mucho que no veíamos. El personaje de Carol nos pareció poco desarrollado, y el impecable trabajo de Belén Cuesta no era suficiente. Eso sí, nos dio el inicio de algo que se ha convertido en lo mejor de la temporada: la relación de Carol y Adela.
Las dos mujeres duermen juntas en la primera noche de Carol en Berlín. Adela va muy borracha y nunca ha estado con una chica, pero Carol, que con alguna más ha estado, se pilla profundamente de ella. No lo puede evitar.
A partir de ahí asistimos a una historia de amor orgánica, natural, y con la que todas (sí, todas) nos podemos sentir identificadas. Enamorarte de la persona más difícil del mundo es una tónica de la humanidad. Carol intuye que lo suyo con Adela puede ir a más, que sólo tiene que romper esa capa de dureza que la otra chica tiene, y se pasa la temporada intentándolo, sin fruto ninguno. Hasta este último episodio. La película favorita de Adela es Love Actually, y Carol decide hacer un último intento.
Pues sí, vaya estafa. Afortunadamente, a veces las cosas, y más en la ficción, salen bien.
No sabemos qué pasará en el final de temporada, que se emite el próximo miércoles, pero estamos convencidas de que lo de #Carela (se lo copiamos a nuestros amigos de Ambiente G) no se va a quedar así. Ese beso… ese beso (y ese carmín corrido) dicen algo.
La temporada pasada, la serie de Lifetime UnReal nos enseñó los entresijos de los realities. Lo que en un principio podría parecer una historia sin mucha trascendencia (al fin y al cabo son realities, se supone que cuentan la realidad), se tornó en algo oscuro y profundo. Pero, sobre todo incómodo. Me recuerdo pasándolo bastante mal al ver cómo un grupo de chicas era manipulado abiertamente por los productores del programa, cómo movían los hilos para que pasara justo lo que ellos querían, y cómo eso, al final, tuvo consecuencias más graves de lo que en un inicio se podría pensar. A partir de aquí hay espoilers de la primera temporada, así que continúa leyendo bajo tu cuenta y riesgo.
Entre el grupo de chicas que soñaba con llevarse al soltero de oro a casa, estaba Faith, una chica sureña, la más inocente de todo el grupo, y también la que todo el mundo pensaba que tendría menos posibilidades de ganar el concurso porque era un poco el patito feo. A mitad de la temporada, el soltero la eligió para una especie de cita, y fueron a su pueblo natal. Fue entonces cuando, viéndola interactuar con sus amigos y su familia, la productora se dio cuenta de que lo que tenía con us mejor amiga no se quedaba ahí, y que entre las dos había algo más.
Faith venía de un pueblo muy pequeño, una comunidad con fuertes valores cristianos, y eso la frenaba de una manera muy fuerte a la hora de ya no mostrar, sino ser consciente o aceptar sus propios sentimientos por su amiga. Pero, finalmente, supo revelar lo que sentía delante de una cámara, y con Amy decidieron salir del pueblo y mudarse a Los Angeles. Ahora, Lifetime nos enseña ese viaje en forma de webserie. Todos los episodios están disponibles en Youtube, y te dejamos aquí el primero para abrir boca. Faith es un personaje la mar de entrañable, y su historia es la de muchas chicas que viven condicionadas por su entorno. Seguro que la webserie os encanta tanto como a nosotras.
Melissa Etheridge es una de las cantantes y mamás más recurrentes en HULEMS. Y por unas declaraciones en un talk show australiano, Melissa también ha copado las portadas webs de periódicos de todo el mundo. Seguramente lo hayáis leído con su nuevo nombre artístico (sarcasmo), “la mujer que rechazó el esperma de Brad Pitt”, cuando en los años noventa Melissa y su primera mujer, Julie Cypher, decidieron ser mamás y emprendieron la ardua búsqueda de un donante de esperma. Donante que no fue el mundialmente famoso Brad Pitt.
En la entrevista en el programa australiano Studio 10, Melissa explica que Brad era un gran amigo suyo, y que Julie y ella consideraron en un primer momento que el actor fuese el donante para traer al mundo a sus retoños. Brad quedó descartado porque, como explica la cantante:
Me di cuenta de lo mucho que quería tener hijos (Brad Pitt) y pensé ‘No quiero compartir esto con alguien que realmente tiene tantas ganas de tener hijos, mis hijos no necesitan otro progenitor… Ya tienen dos’.
Brad Pitt quedó descartado y en el año 2000, tres años después de que naciese la primera hija de Melissa y Julie, Bailey Jean, y dos después del nacimiento de su primer niño, Beckett, la pareja daba a conocer el nombre del donante de esperma ante la presión mediática: el cantante David Crosby. Melissa explicó que David y su mujer eran perfectos porque ya tenían hijos, y que lo hacían “como un regalo”. Así que, en el año 2000, aunque aún quedarían nueve años para el estreno de Modern Family, Melissa y su familia y David y su mujer sentaron el precedente de una familia moderna en la América de los albores del siglo XXI con una portada de la revista musical por antonomasia, Rolling Stone.
De todos modos, hemos hecho un estudio de cómo hubieran sido esos niños, y… bueno, juzgad por vosotras mismas.
El fotógrafo argentino Ignacio Lehmann ha hecho algo increíble: ha dado la vuelta al mundo durante dos años, ha recorrido 20 ciudades de doce países diferentes para fotografiar un centenar de besos y muestras de cariño anónimas para su proyecto 100 World Kisses. Parejas de todo tipo, padres besando a sus hijos, mujeres besando a sus mascotas… En una aventura que comenzó en Holanda hace dos años y que se estrenó con una fotografía de dos chicas dándose un beso. Dos chicas que no han sido las únicas en pasar por el objetivo de Lehmann, porque, sí, el fotógrafo se ha encontrado a muchas parejas de mujeres alrededor del mundo:
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Es muy probable que alguna instantánea se nos haya quedado en el tintero, así que os invitamos a ver la obra completa de Ignacio en su página web o su Facebook, porque 100 World Kisses es un proyecto que no tiene desperdicio.
La actriz neoyorkina Patty Duke falleció antesdeayer a la edad de 69 años debido a una septicemia. La actriz, que debutó en la gran pantalla con 12 años en el musical Country Music Holiday, deja en su legado haber sido la intérprete más joven de su momento en ganar un Óscar, haber tenido su propio show televisivo (The Patty Duke Show), haber sido la segunda mujer en presidir el Sindicato de Actores de Estados Unidos, y haber interpretado a una mujer lesbiana en una de sus últimas apariciones en pantalla en la serie Glee.
En la cuarta temporada de Glee, Patty Duke y Meredith Baxter hicieron un cameo interpretando a una pareja de mujeres lesbianas que ayudan a Blaine y Kurt a ser conscientes de la gran lucha del colectivo por los derechos sociales. Jan (el personaje que interpretó Patty) le pide matrimonio en el episodio a Liz (Baxter), visibilizando también a las grandes olvidadas en la ficción, las mujeres mayores lesbianas. Meredith Baxter salió del armario en 2009, y dijo sobre su cameo con Patty en Glee que representaban un buen ejemplo de una relación amorosa larga y duradera.
Patty Duke será recordada por ganar el Óscar a mejor actriz de reparto a los 16 años por su papel en The Miracle Worker (en España conocida como El milagro de Ana Sullivan) en la 35 edición de los premios de la Academia de 1963, cuando ni si quiera se utilizaba el famoso “And the Oscar goes to” para presentar a los galardonados y se recurría a un menos ceremonioso “Y la ganadora es”. Duke consiguió el Óscar pasando por encima de Mary Badham, nominada por su papel de Scout Finch en Matar a un ruiseñor (lo siento, Scout; nuestra Scout, digo). La pérdida de Patty Duke es una triste noticia para el mundo del cine, que nunca la olvidará. Adiós, Patty.
Cara Delevingne ha vuelto momentáneamente a las sesiones de fotos para posar con el mítico Le Smoking de la marca Yves Saint Laurent, un diseño que el fundador de línea de moda creó allá por 1966. Junto con la también actriz Jane Birkin, Cara renueva la imagen de Le Skoming en una sesión de fotos que tuvo lugar el 17 de marzo, y que desbanca a la modelo polaca Anja Rubik, cara visible del esmoquin de la parisina marca de moda desde 2012.
La actriz Jane Birkin posando con Le Smoking en una sesión de fotos de París el 10 de marzo de 2016
Anja Rubik, modelo en 2012 para Le Smoking
Pero no es la primera vez que podemos ver a Cara Delevingne posar ante la cámara con Le Smoking. Para un vídeo promocional de la gama de maquillaje Baby Doll de la compañía en 2013, ya pudimos ver a Cara vestida de esmoquin en una imagen a blanco y negro. Recreando, además, una de las fotografías más míticas y transgresoras de Le Smoking para French Vogue de 1975.
Foto de Le Smoking tomada por Helmut Newton en 1975 para ‘French Vogue’
Cara Delevingne recreando en 2013 la fotografía de Helmut Newton
¿Qué os parece Cara con esmoquin? Yo le pongo un diez a todo.
Las croquetas que interpretan a croquetas son como una estrella fugaz: hay pocas, y normalmente mueren tan rápido que no te das ni cuenta (ja). La cosa es que, si de por si hay pocas actrices del panorama mediático que estén fuera del armario, el verlas interpretar a alguien no hetero es ya relevante de por sí. Por eso, hoy estamos de doble, triple o cuádruple alegría, según se mire: la comediante Wanda Sykes ha grabado el piloto una nueva serie en un papel croqueto.
En la serie, llamada Dream Team, interpretaría a una soccer mom, ya sabéis, una de esas madres que dedican una parte sustancial de su tiempo en encargarse de las actividades de sus hijos y que solo hablan de sus hijos, y sus hijos, y sus hijos. Wanda sería una ginecóloga casada con otra mujer. ABC, que esta temporada ha grabado 23 pilotos de series nuevas, tiene que darle luz verde al proyecto. Esperamos de verdad que funcione, porque nos encantaría ver a Wanda en una serie. Somos muy fans.
Ahora que tengo vuestra atención, pasad, poneos cómodas, dejad que os cuente la historia de porqué la ópera cuenta con tantas lesbianas entre sus aficionadas.
Esta es la historia de los “papeles con calzones” o “pants/trousers/breeches roles”, como se denomina en inglés. Vamos, lo que viene a ser un papel travestido.
Veamos el porqué de este tipo de personaje y su evolución en los últimos 300 años.
Seguro que si nos ponemos a pensar en mujeres que se hayan metido en los pantalones de un personaje mas- culino, la primera que se nos viene a la mente es la genial Sarah Bernhardt, pero ésta no fue sino la última de las grandes actrices en llevar a escena una tradición que se remonta al 1600.
El travestismo en el teatro europeo no es algo extraño. La prohibición de que las mujeres actuasen llevó a que durante muchos años los papeles femeninos fuesen interpretados por chicos en el teatro isabelino, por ejemplo.
Y en España, el gusto por lo carnavalesco y lo histriónico del público del siglo de Oro, hizo que, aprovechando la coyuntura de estar representando una comedia, vistieran a las mujeres con los ceñidos y minúsculos pantaloncitos de los personajes adolescentes que interpretaban, con el único fin de erotizar su presencia en las tablas. No es lo mismo interpretar personajes femeninos tapados hasta la barbilla que sustituir las enaguas y refajos por las medias de licra de los masculinos, dónde va a parar.
Teniendo en cuenta el precedente sentado por el teatro renacentista, centrémonos ahora en la escena musical. En el caso de la ópera actual existen dos tipos de roles en travesti: los roles originariamente escritos para castrados, que tuvieron su apogeo durante el barroco y parte del clasicismo y los roles masculinos escritos para mujeres, también durante el clasicismo pero sobre todo durante el romanticismo. Hoy me voy a centrar en el primero de estos casos.
Irónicamente, el auge y declive de los castrati vino marcado por la Iglesia.
Vuestras mujeres callen en las congregaciones, porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo pregunten en casa a sus maridos, porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.
Corintios 14, 34-35
Bajo esta cita se escudó el papa Sixto V en el año 1589 para prohibir a las mujeres cantar en los coros eclesiásticos y, conviertiéndose éstos por su causa en coros infantiles, al ser la aguda y angelical voz de los niños la más apta para cantar las alabanzas divinas.
Pero la carrera de un niño cantor es corta, teniendo que ser reemplazados en cuanto llegaba la adolescencia, y la voz de los falsetistas -hombres sin castrar que tenían la habilidad de cantar en un registro de soprano- demasiado débil.
De este modo, los castrados se convirtieron en la mejor opción para sustituir las voces femeninas en los coros. Al ser emasculados antes del cambio de voz, sus cuerdas vocales frenaban su desarrollo, no así sus pulmones y diafragma, lo que les permitía cantar con la voz de un niño y la potencia de emisión de un adulto. No contento con esta medida, tanto Inocencio XI en 1656 como Clemente IX en 1668 emitieron sendos edictos donde a las mujeres se les prohibía no sólo cantar, sino también aprender música, y es que alguna que otra compositora había aparecido ya por ahí.
Así pues, la castración de jóvenes y prometedores cantantes fue, de acuerdo con la historia, mejor opción que enseñar a las mujeres y dejarlas cantar. Qué cosas.
[Dato curioso: La palabra conservatorio proviene de esta época, cuando los padres, desesperados por no poder mantener a sus tropecientos hijos en un siglo marcado por las guerras, enfermedades y hambrunas, vendían a aquellos que tenían aptitudes vocales a las escuelas de canto para que conservaran la voz.]
Por supuesto no todos los que sobrevivían al proceso desarrollaban una carrera como cantantes, pero aquellos que tenían la suerte de su lado se convirtieron en las superestrellas de la época.
Con el nacimiento de la ópera en el siglo XVII, las voces de los castrati llegaron a la música secular, y aquí fue donde realmente florecieron como cantantes.
La popularización de ópera extendió los cánones italianos por todo Europa (menos Francia). Los reyes los requerían como sus cantantes personales, los Papas llenaron las iglesias y catedrales con sus voces y los más grandes compositores escribieron sus mejores papeles pensando en ellos, cantando tanto roles masculinos como femeninos. Éstos últimos en los teatros de Roma, pues los edictos papales que prohibían a las mujeres cantar en la iglesia se hacían extensivos a los teatros de la ciudad.
Se convirtieron en los primmo uomo, auténticos divos capaces de rivalizar con las mayores y más capricho- sas sopranos de la época; los mejores compositores escribían los codiciados papeles del héroe protagonista exclusivamente para ellos, y la opera seria barroca, lo que vendría siendo el género de aventuras fantásticas en las películas de hoy día, les daba las herramientas necesarias para que brillasen sobre el escenario. Se enfundaron en la piel de grandes reyes, de emperadores, de villanos, de héroes, de dioses.
Castrati y sopranos dominaron la ópera barroca durante más de ciento cincuenta años.
Con el cambio de siglo y la llegada del clasicismo a la música de la mano de Glück y Mozart, los roles para castrato variaron significativamente. Nuevas voces llegaron para romper el monopolio erigido en torno a ellos. Los tenores, apenas usados con anterioridad, los bajos, y por supuesto las mezzosopranos, llegaron para quedarse.
Así, pasaron de ser los protagonistas absolutos de la historia a representar lo que hoy llamaríamos papeles de reparto; a ser el amigo, el hijo, el consejero del héroe. El declive de los castrati había comenzado, pero la semilla había sido plantada y el gusto del público moldeado.
Los castrados empezaban a desaparecer, pero la gente seguía demandando voces agudas sobre las tablas. De modo que se empezaron a escribir roles masculinos para mujer.
Uno de los más icónicos, el de Cherubino en Las bodas de Fígaro de Mozart, responde a este nuevo patrón. Cherubino es un adolescente, un chiquillo. No puede ser cantado por un hombre adulto, incluso aunque éste sea un castrado de voz excepcionalmente infantil. Una mujer puede más facilmente representar el físico de un chico. Un hombre adulto casi siempre parecerá un hombre adulto. Lo mismo pasa con Sífare, en Mitridate, o Annio, en La clemenza di Tito.
Pero al mismo tiempo que escribia estos roles secundarios para mujer, seguía escribiendo roles más protagónicos para castrati: Farnace, el hermano mayor de Sífare, Idamante, el hijo de Idomeneo en la ópera del mismo nombre, Sesto, el protagonista de facto de La clemenza, pese a Tito…
El concepto bromance lo empezaron Sesto y Annio en el s. XVIII
Así, durante el clasicismo coexistieron roles masculinos tanto para mujer como para castrato.
[Otro dato curioso: En la obra de teatro original de Beaumarchais en la que se basa la ópera, el personaje de Cherubino ya está escrito para mujer. Según palabras del autor, “una mujer jóven y muy bonita, pues no tenemos en nuestros teatros actores jóvenes preparados para percibir las sutilezas de tal personaje”]
Finalmente fue otro papa, Clemente XIV, el que le dió el carpetazo definitivo a la castración con fines artísticos en 1770, volviendo autorizar de paso a las mujeres a cantar en suelo sacro. Eso sí, la Iglesia fue la última en abandonar la práctica y el último hombre castrado para este propósito formó parte del coro de la Capilla Sixtina hasta mucho después de la abolición también en ésta, en 1903.
Bien, y hasta aquí la lección de historia. Tras esta pequeña introducción, vamos a lo que nos interesa de verdad.
¿Qué pasa a la hora de traer estos personajes de nuevo a la vida en nuestra época, libre ya de castrados?
Pues que nos encontramos con dos opciones. Por un lado, bajar la nota de la partitura una octava y contratar a un tenor (opción deleznable donde las haya, en opinión de una servidora, a no ser que el compositor hiciera lo propio y lo adaptara en su momento, y ni aún así…), usar un contratenor o falsetista (aunque no hay muchos, con lo que no es una solución permanente) o, lo que de verdad hace que palpite la patatilla en este blog, y contratar a una mujer -generalmente una mezzosoprano- y enfundarla en ropajes masculinos, lo que además de ser increíblemente atrayente, ofrece un sonido mucho más próximo a un castrado de la época.
Ironías de la vida, los castrati surgieron como reemplazo de las mujeres en las iglesias, y ahora son las mujeres quiénes los reemplazan a ellos.
Y es aquí donde empieza a haber tema.
Tema
Porque seamos honestas, a la hora de sentarnos tres horas, en una butaca esos pocos privilegiados que pueden permitírselo, o delante del ordenador las pobres de solemnidad como esta menda, ¿qué incentivo doblega más nuestra voluntad*: ver a un tenor y a una soprano poniéndose ojitos (como siempre) o arrebujarnos a disfrutar viendo cómo la mezzosoprano le pega unos cuantos achuchones a la soprano de turno?
*aparte del placer de escuchar una obra maestra del nobilísimo y antiquísimo arte de la ópera, faltaría más
Lo que yo pensaba.
Porque, y he aquí las ventajas de la era moderna, los directores escénicos de hoy día son terriblemente caprichosos, y del mismo modo que se curran una recreación histórica con instrumentos de época IMPRESIONANTE…
una de ellas está interpretando a un hombre, adivina cuál
… que te plantan a Julio César en la India colonial…
…o a la hechicera Alcina vestida de dominatrix.
Desgraciadamente, con el auge de los nuevos géneros, la ópera barroca cayó en el olvido durante cientos de años, y aunque ahora se esté recuperando (honrosas excepciones arriba dispuestas), los teatros siguen sin programar estos títulos más allá de algunos festivales o aniversarios solemnes. Lo cual es una lástima, ya que es un género muy divertido de ver.
Así que ya sabéis, si estáis pensando en acercaros al teatro de ópera más cercano a vuestra localidad, bien sea porque ya disfrutáis de forma regular de este centenario arte, o bien porque quereis iniciarios, paraos un momento a investigar la oferta, puede que suceda de pascuas en viernes, pero podríais llevaros alguna sorpresa en forma de mezzo con pantalones.
Y si no os he aburrido hasta secaros el cerebro, en una segunda entrega de frivolización operística profundizaremos en los roles creados a partir del bel canto y hasta nuestros días, y que más probablemente podáis llegar a ver en vuestro teatro local.