Si nos leéis a menudo sabreis que andamos indignadas ultimamente con la forma que tiene de tratar a los personajes lésbicos en algunas de nuestras series. Cierto es que el 2013 ha sido un año de lo más prolífico y eso conlleva, que tenemos series para todos los gustos, algunas con más acierto que otras en el plano croquetil.
El pasado año tuvimos croqueteo de los más variado, entre ellas la gran y grata sorpresa de Netflix, Orange is the new black. Jenji Kohan ponía patas arriba el universo seriéfilo trayéndonos una serie atrevida, ruda y fresca que hizo las delicias de croquetas y seriéfilos en general. Y como ya hiciera en su momento Shane Lword, Laura Prepon OITNB ha marcado un antes y un después en las series lésbicas, porque nos ha dado la caña y realismo que venían pidiendo nuestro cuerpos serranos, y porque nos sentíamos un poco huérfanas en lo que al tema… calentamiento global se refiere. Y eso, que algunas nos desquitamos con Lost Girl y vimos un oasis en el desierto cuando Bo empezó a darnos en toda la croqueta.Tanto L , como Lost Girl y OITNB nos han dado sexo, mucho y del bueno. Saliéndome del debate acerca del morbo fácil, no es lo que nos atañe ahora, diré que se echaba de menos un trato igualitario en este sentido. Una escena de sexo heterosexual introducida en horario, no infantil pero sí de público joven/maduro era, y es, permisible.
Pero como el mundo en el que vivimos es un mundo de extremos. En Rusia no nos dejan ni rozarnos y sin embargo en EEUU nos podemos poner melosas en público viendo un partido de baloncesto. Si miramos las dos esquinas del ring televisivo, tan pronto podemos ver a Natasha Lyonne dándose una ducha de lo más caliente como tenemos a nuestras Fosters moms chocándose la mano en plan colegas. Tenemos a ShowCase y Netflix, sin pelos en la lengua. Y en el otro lado a la “tolerante e innovadora” ABC, que se ha atevido con esto del croqueteo aunque de manera tan tímida que a veces huele a quiero y no puedo. Tratando temas controvertidos, como la homosexualidad, pero cogiéndola con pinzas no sea que les explote en las manos. Y aquí el quid de la cuestión señoras mías, que unas por exceso podrían pecar (pero de ellas no nos quejaremos) y otras por falta pecan, y de estas claro, si que nos vamos a quejar cómo no (con lo que me guuuusta quejarme).
Parece ser que JLo, productora de The Fosters. intentando calmar los ánimos de su extrahiperglucémico show para todos los públicos o simplemente porque ha visto que ya era hora de dar algo de realismo al asunto, nos ha brindado una escena ‘de cama’, en la que se sobreentiende que nuestras mamis favoritas no solo duermen apaciblemente. Pero ya está, con eso nos ha dejado.No os equivoqueis, no pido escenas de sexo hardcore en capillas o encima de mesas de mezclas.Cuando me quejo de los extremos hablo más bien de que pasamos del sexo explícito a la falta total de contacto que cualquier ser humano tendría con su pareja, mujer, marida o como queráis llamarlo. Del contacto físico normal entre los miembros de una pareja, ya sea homo o hetero. Hablo de esos pequeños piquitos cariñosos, de momentos de intimidad, de la complicidad de pareja, de los gestos de afecto en público. Gestos y detalles que se les permite a las parejas heterosexuales de las series familiares tipo ABC, pero que parece ser que incluso atreviéndose a tocar el tema de la familia homoparental, como ya lo hiciera Modern Family, lo tocan con pinzas y buscando ofender a la menor cantidad de gente posible.
Cierto es, que sin ser tan arriesgado como lo fuera en otras épocas, y pese a la evolución en materia de derechos civiles que hemos ido viviendo a lo largo de los últimos años. The Fosters se ha metido de lleno, aunque no de cabeza, en la llaga. Pero como todo atrevimiento a este nivel, se ha hecho con un pie fuera y otro dentro del tiesto, no sea que de tan rompedor, se nos rompa en la cara y nos salpique. Aunque en favor de The Fosters he de decir, que se han lanzado un poquito más, de lo que lo hiciese Modern Family con su pareja homoparental, que de tan poco tocarse parecían un par de colegas que compartían casa e hija. Pero ¿por qué hay tanto miedo? En el que caso de The Fosters estamos hablando de que ABC es una cadena, podríamos llamarla familiar y va dirigida a un rango de público tan variado en edades que pese a dar el visto bueno a The Fosters y con eso dar un salto en lo que a su parrilla se refiere, teme ofender la sensiblidad colectiva. Sí, son madres, tienen hijos y están casadas. Tienen vida sexual (suponemos) y problemas y alegrías como todas las familias. Pero Hollywood no deja de mostrar que sigue siendo un pequeño pueblecito en el que el equilibrio entre tolerancia y aceptación es muy fino. Las parejas homosexuales se toleran porque venden, pero ¿se aceptan de la misma manera que las heterosexules? Queda de lo mas exótico tocar un tema de actualidad controvertido como la adopción y el matrimonio entre parejas homosexuales, pero moviéndose con mucho cuidado en el plano de lo políticamente correcto.
Tenemos escenas de sexo reales y no fruto de la imaginación de algún guionista elocuente. Pero cuando se trata de jugar en otro plano, en plano de las series para todos los públicos, nos quedamos años luz de los personajes heterosexuales. Señores y señoras guionistas y productores, las lesbianas también nos damos besitos en el super (y en más sitios).