A pesar de que obviamente la homosexualidad es natural, porque la especie humana lo es y hay personas homosexuales (que es que parece mentira que haya que explicar estas cosas), uno de los argumentos favoritos de las personas homófobas es precisamente ese, que no es natural porque nos vamos a extinguir todos y lenguas de fuego saldrán de la tierra. Pues bueno, como la naturaleza es sabia, a veces nos da cosas para poder pasárselas por la cara a ciertas personas. Hay bastantes ejemplos de comportamientos homosexuales, e incluso de relaciones monógamas y duraderas entre individuos de la misma especie, en el reino animal. Un día, por ejemplo, te hablamos de Missy y Penelope, dos pingüinas que vivían felices en un zoo de Irlanda. Pero hasta ahora no se habían documentado relaciones lésbicas que no fueran en cautividad, y por eso estas gorilas de Ruanda son noticia.
Un grupo de investigadores de la universidad de Western Australia, dirigido por la Doctora Cyril Grueter, ha estado observando a un grupo de gorilas salvajes en Ruanda durante 18 meses. En este tiempo, vieron cómo un grupo de gorilas hembras intentaron cortejar al macho dominante. Cuando éste escogió a una afortunada (?) gorila, el resto decidieron que pasaban de los machos, y se buscaron una pareja femenina.
De las 22 hembras que estudiaron, 18 comenzaron una relación (no sé hasta qué punto relación es el término exacto, pero ya me entendéis) con otra hembra. Los científicos han documentado 44 relaciones sexuales entre ellas, con fotos y demás, y pese a que es un poco perturbadora la idea de fotografiar a gorilas apareándose, bueno, es necesario para documentar la investigación.
Así que ya sabéis: cuando os cuenten milongas, les habláis de esta investigación. No funcionará en absoluto porque los homófobos son bastante tercos, pero oye, vosotras sabréis que tenéis la razón.
Vía: Rawstory