En la segunda temporada de The L Word, en el cold opening de cada episodio, intentaron contar una historia de cómo todas estamos unidas, del devenir de la vida, de todas esas cosas de Ilene Chaiken. En uno de ellos nos hablaban de dos amas de casa en los años 50 que tenían marido ideal, casa perfectas, vidas vacías, y una aventura entre ellas. A estas dos amas de casa me remite siempre la trama lésbica de Manhattan, la serie de WGN sobre la construcción de la bomba atómica.
En la base militar de Los Alamos, en Nuevo Mexico, mientras los científicos intentan dos cosas, la primera acabar con los japoneses y la segunda, no provocar un holocausto nuclear (y es realmente angustioso verlos todo el rato al borde de lo segundo), las esposas trabajan en otras tareas, como teleoperadoras. Es ahí, en la centralita, donde se conocen Abby y Elodie, y donde nuestra atención pasa de la física nuclear a la química de estas dos.
En apariencia, Elodie es una mujer contenta con su matrimonio y satisfecha con su vida sexual dentro del mismo, pero como ella misma confiesa en un episodio “las aventuras son la recompensa por aguantar a nuestro maridos”. Esta claro que nos encontramos con una mujer poco habitual, y más conociendo la época en que se desarrolla la historia. Una mujer que ha sido capaz de seducir a Abby, que la ha sacado del absoluto aburrimiento de su matrimonio, que le presta libros de Camus y que le hace cosas que su marido ni contempla en su limitado repertorio sexual. Una mujer que, literalmente, le está abriendo una ventana al mundo en el asfixiante ambiente de Los Alamos, que le enseña matrimonios que hacen intercambio de parejas, que se la lleva a bailar y a beber, y que le da la vida.
¿Acabará esto bien? Pues… no lo parece. El marido de Elodie no es la mejor persona del mundo, precisamente, y la tragedia se cierne sobre estas dos croquetas vintage. Sólo se me ocurren impedimentos para que su relación continúe, desde que están en una base militar de la que no se sale con facilidad, a que, bueno, todas conocemos la maldición de la lesbiana muerta, y esto tiene toda la pinta. Ojala me equivoque, porque toda representación es más que bienvenida, pero no les auguro un futuro prometedor. Restan 3 episodios para el final de temporada. ¿Veremos un final feliz?