Estos días se está celebrando en Madrid, en el Congreso de los Diputados, el Debate sobre el Estado de la Nación. En principio los diputados se reunen para hablar de cómo va el país, e intentar buscar soluciones a los problemas. No voy a entrar en si cumplen o no, pero está claro que las lesbianas necesitamos un debate parecido: El debate sobre el estado de la nación croqueta. ¿Están los personajes lésbicos en crisis? ¿Vemos brotes verdes en la ficción? ¿Hace falta un pacto?
A nivel internacional, el cine con personajes lésbicos goza de buena salud. Cada vez son más los estrenos que los incorporan, y poco a poco se van colando incluso en los grandes premios de festivales. Películas como Two mothers, Appropriate Behaviour o Life partners, cuyo eje central son historias directamente relacionadas con lesbianas, cosechan buenas críticas, y están pendientes de estreno varias películas, como Confidential o Jenny’s wedding, cuyos personajes principales son croquetos, y otras tantas, como Pitch Perfect 2 o Fresno, en las que nos colamos en los secundarios. Así, pues, cada vez tenemos más visibilidad en la gran pantalla, y eso es innegablemente bueno. Si nos centramos en España… la cosa cambia. hace unos años, cuando se aprobó el matrimonio igualitario, todavía algunas ficciones nos retrataban (Eloise, Los dos lados de la cama), pero ahora es como encontrar una aguja en un pajar, y desde luego si la hallamos no nos beneficia en absoluto: En Magical Girl, directamente se relaciona lesbianismo con el mundo más oscuro del porno. Este es un punto a trabajar.
En televisión, pese a que en España hemos vivido tiempos muchísimo mejores, cuando teníamos varias parejas al tiempo en diferentes series (hablo de Hospital Central, Los hombres de Paco, etc), encontramos algunos personajes fijos en series: Amar en tiempos revueltos, El ministerio del tiempo y, próximamente, Vis a Vis, los incluyen en las tramas centrales. Tampoco es extraño encontrar algún personaje episódico, como por ejemplo en Los misterios de Laura, que en un episodio de su primera temporada incluye una relación lésbica. ¿Podemos decir que esto son los brotes verdes después de la crisis? Pensaremos que si. Si echamos un vistazo al panorama internacional, cada vez son más frecuentes los personajes lésbicos, ya sean episódicos o regulares: Desde las brasileñas Felizes para sempre, pasando por las inglesas de Last tango in Halifax o Broadchurch, y ya la explosión lésbica de Estados Unidos, que ahora mismo tiene en antena más de una decena de personajes regulares, de todo pelaje: solteras, con drama, sin drama, enamoradas, recién casadas… de todo. La visibilidad que vivimos en este momento es inédita, pero que dure.
En cuanto a la literatura, este año han surgido dos nuevas editoriales en España que nos van a dar muchas satisfacciones. Hablo de La calle y Dos Bigotes, dedicadas especialmente al publico LGBT, y con una cuidada selección de catálogo. Egales, la editorial pionera en publicación de literatura gay y lésbica, sigue haciendo un esfuerzo notabilísimo por traducir grandes obras del inglés, y por descubrir nuevos talentos nacionales. Habrá que estar con un ojo puesto este año. Por otra parte, la autopublicación cada vez prolifera más, y gracias a ella disfrutamos de obras como las de Clara Asunción García, Emma Mars o Valerie Col, que nos han dado tantísimas satisfacciones. De ellas tres, por ejemplo, esperamos publicación en meses venideros.
Pasando al ámbito más puramente rosa del asunto, las parejas y los amoríos, el panorama está tan lleno de amor como de costumbre, sólo que este año parece que los dramas matrimoniales están ganando terreno. Se divorció Jane Lynch, se divorció Rossie O’Donnel, las dos iconos croquetas. Pero no desesperéis, porque se formaron nuevas parejas, como la formada por Lauren Morelli y Samira Wiley, o en tierras patrias, Patricia Yurena y Vanesa Klein. Patricia Yurena que, por otra parte, protagonizó algo que, por su poca frecuencia, nos alegró mucho: una salida del armario por la puerta grande, algo que no se produce muy frecuentemente en España. Sandra Barneda fue la otra protagonista del verano, haciendo lo propio en varias fases. Dos salidas del armario es un promedio pobre, pero al menos la tendencia es al alza…
Así pues, en general, las lesbianas estamos viviendo un momento muy bueno: somos completamente visibles en televisión y cine, aunque en esto último España ha de mejorar. La literatura está viviendo un momento delicado pero apasionante, y el amor, como siempre en la vida, is in the air. Para el siguiente debate queremos más de todo: Más amor, más parejas, más salidas del armario, más películas, más series. En definitiva: Más croquetas.