Se acabó el Festival de Cannes, y este año ha sido agridulce para nosotras. Por un lado, como os contábamos ayer, Rooney Mara se alzó con el premio, compartido, a mejor actriz. La importancia que tiene que una actriz que interpreta un papel lésbico se lleve a casa uno de los premios más prestigiosos dentro de la industria del cine es brutal para la visibilización de las lesbianas. No es una película de cuarta regional. Es Carol. Es Rooney Mara. Y es Cannes. Por esa parte tenemos mucho por lo que estar contentas.
Pero, ay, el premio gordo se nos quedó en las puertas. La película de Todd Haynes no se llevó la Palma de Oro a mejor película, pero como el que no se conforma es porque no quiere, la película ha sido galardonada con otro premio que también tiene su aquel: La Queer Palm, un galardón fuera del circuito que se da a la mejor película de temática LGBT. Este año la presidenta del jurado no era otra que Desiree Akhavan, la aclamada directora de Appropriate Behaviour. La verdad es que esperábamos hacer doblete, pero la Queer Palm, pese a su juventud, no es ningún premio menor.
Vía: Gay Star