Los juguetes pequeños y discretos tienen algo que me parece muy excitante. Mi primer vibrador era un poco más grande que la palma de mi mano, y recuerdo con mucho cariño las sesiones de masturbación infinitas, los orgasmos encadenados y los gemidos amortiguados en las sábanas. Entonces compartía piso y mi vida era muy distinta a como es ahora, pero los vibradores discretos siguen estando en mi lista de favoritos. Como siempre digo, nunca se sabe, y gracias a su formato me los puedo llevar adonde quiera: a una escapada en medio de las montañas, al spa o al trabajo.
De Vicky me conquistó su tamaño, claro, y su vinculación con Victoria, otro vibrador de Diversual. Porque Victoria me sorprendió mucho en su momento: una magic wand manejable y cómoda con un montón de modos y mucha mucha potencia. Y lo mejor de Diversual es que es una marca ideal para personas que buscan juguetes eróticos funcionales a buen precio.
Por tanto, Vicky es como la hermana pequeña de Victoria. Ambas son magic wands, es decir, vibradores externos que concentran la potencia en su cabezal. No están pensados para la penetración, sino para la estimulación del clítoris y otras zonas erógenas. Pero también se le puede dar uso, y a mí me encanta esta posibilidad, para masajear zonas del cuerpo cargadas o contracturadas.
La mayor virtud de Vicky es, precisamente, su cabezal flexible. Gracias a él nos permite adaptar el ángulo de estimulación y utilizarlo de diversas maneras y en diferentes zonas de cuerpo. Vicky es casi la mitad de largo que Victoria, por lo tanto, es más fácil de guardar, almacenar y transportar. Incluso me ha resultado más sencillo disfrutar de la estimulación externa en ciertas posiciones en las que hace falta un juguete más corto. Pero como un vibrador que es la mitad de grande, en comparación con Victoria tiene menos modos de vibración y requiere más tiempo de carga, como te contaré más adelante.
Pero una magic wand necesita otro elemento clave para ser verdaderamente mágica: la potencia. Este tipo de juguetes se caracterizan por ofrecer una vibración potente e intensa que estimula de forma más extensa: no solo se ocupa del clítoris con precisión, sino que su cabezal también cubre las terminaciones nerviosas de los labios internos y externos de la vulva. En este sentido, Vicky cumple su misión principal, porque logra concentrar esa vibración fuerte en el cabezal.
Gracias a esta potencia y a la forma del juguete, es ideal para una intensa masturbación en solitario si tienes vulva. Sin embargo, como te contaba más arriba, podemos darle más usos, empezando por explorar otras zonas del cuerpo con las intensidades más bajas o jugando con los modos. También es una buena opción en pareja, pues puede ayudarnos a alcanzar el orgasmo con más facilidad en momentos de masturbación mutua o como complemento con la penetración, ya sea con los dedos, con el pene o con un dildo. Y la lucecita que acompaña la vibración puede dar también mucho juego si estáis a oscuras. Pero una de mis maneras preferidas de usar a Vicky es llevármelo en el bolso cuando me espera un día largo fuera de casa y usarlo para lo que surja: un orgasmo rápido e inesperado o un momento de autocuidado mientras me masajeo las cervicales.
Vicky, además, tiene una interfaz de dos botones con la que se puede manejar el juguete. Con el inferior lograremos encender y apagar el juguete manteniéndolo pulsado 3 segundos, mientras que con el inferior podremos cambiar de intensidad o de modo con un clic. Este masajeador tiene 3 intensidades y 7 modos. La limitación de tener un solo botón para cambiar de modo es que debemos pasar por los siguientes antes de volver al anterior, y que no podemos regular la intensidad en los 7 modos adicionales. Algo que también me ha sorprendido es que parte de la máxima potencia y, al cambiar de intensidad, se reduce y no al revés. Sea como sea, disponemos de 10 opciones para disfrutar de diferentes maneras (la iluminación del juguete va acompañando la vibración) y no es excesivamente ruidoso.
Este masajeador de Diversual es recargable con un cable que se incluye en la caja. Requiere un par de horas de carga para otras dos de uso en su máxima potencia, que está bastante bien para llevárnoslo a todas partes. Además, es sumergible, así que también puede acompañarnos en el medio acuático, tanto en la ducha como en la bañera.
En cuanto al packaging, es sencillo: viene en la cajita de Diversual (donde hay un QR con el manual) y una bolsa de plástico para protegerlo. Incluye el cargador y una bolsita de tela para guardarlo o transportarlo. Y con respecto al precio, Vicky tiene un coste muy accesible, y en la web de la marca podrás encontrarlo con descuento con frecuencia.
En definitiva: Vicky es un masajeador tipo magic wand sencillo, básico y funcional. Es para ti si buscas un juguete económico que te garantice potencia sin complicaciones, con las ventajas de que sea pequeño pero matón, recargable y sumergible.
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