Las rupturas sentimentales, estén claras o no, sean necesarias, liberadoras, o asfixiantes y desoladoras, siempre, pero siempre, son dolorosas. La que haya pasado por alguna lo sabe de sobra, y muy seguramente no quiera ni recordarla, ni repetirla. Pero en ese preciso momento en que sabes que lo que has tenido ha encontrado su final, en ese instante, los buenos momentos encuentran su vía de escape, y fluyen al exterior, buscando una salida. Y eso, precisamente eso, es lo que la cineasta Mónica Garrido ha sabido plasmar en su cortometraje Apartment.
Apartment es el más claro ejemplo de que creatividad y poco presupuesto no están reñidos en absoluto. Simplemente hay que tener una historia clara, y el buen hacer que Garrido demuestra, para crear una historia breve y conmovedora sobre un sentimiento universal. La autora, según informan nuestras amigas de Lesbian Lips (¡hola!) tiene un segundo corto, Diferente, que todavía no hemos tenido la oportunidad de ver, pero ganas no nos faltan.