Para el Telegraph, Carol es maravillosa y ligeramente revolucionaria, The guardian califica de dinamita la relación entre Therese y Carol y Salon dice que es el mejor romance cinematográfico de cualquier era. Y yo digo que sí a todo.
Me he visto Carol cuatro veces y no pienso parar. Tampoco es que pueda. Me tiene tan embobada como Carol a Therese cuando la ve por primera vez al entrar en la juguetería. El cine lésbico está lleno de películas que o son un cliché con patas, o no tienen ni pies ni cabeza y hacen preguntarte quien es esa persona que ha preferido pagar por hacerlas en vez de ahorrarse el quebradero de cabeza y tirarlo directamente a la basura, u otras que bueno, algo es mejor que nada. Pero ahora ya podemos decir que contamos en nuestra filmoteca, con una película como Carol, que lo mola todo (todo, todo, todo) y que da gusto ver y rever (y volver a rever), porque eso es lo que pasa cuando las cosas se hacen bien no, lo siguiente.
Con Carol, por fin tenemos un romance mainstream como Dios manda y con dos superestrellas, Cate Blanchett y Rooney Mara. Y es que no es sólo eso, ojo, es Cate Blanchett y Rooney Mara haciendo cosas lésbicas, que es algo que no tenemos la suerte de ver todos los días. Una película de Hollywood con un presupuesto bien gordo empleado, además, con cabeza y sentido común, donde chica conoce a chica, Therese (Mara), una dependienta de una tienda de juguetes, y Carol (Blanchett), un ama de casa de clase alta en pleno proceso de divorcio, durante los años 50 americanos.
Al frente está Todd Hynes, un señor que sabe lo qué hace y cómo se hace, y que ha conseguido que Carol sea no sólo una película ambientada en los años 50, sino que parezca, también, una película de los años 50. Con multitud de referencias fotográficas y pequeños detalles, es como una cebolla a la que le vas quitando capas cada vez que le das al play esperando ver de nuevo a Cate pasear por con su abrigo de piel y su collar de perlas por las calles neoyorkinas. Y por si eso fuera poco, nadie muere, lo que es un puntazo en estos tiempos tan convulsos en los que la esperanza de vida lésbica es bastante corta. Así que se puede ver abrazada a la novia o, como yo, al cubo de palomitas, que también huele bien y está muy rico, sin sobresaltos ni lagrimones inesperados.
Y ahora, si me disculpáis, creo que me voy a volver a verla de nuevo.
Carol está disponible en Filmin para alquiler durante 72 horas.