La NBA, la Asociación Nacional de Baloncesto de Estados Unidos, hacía público hace unos días en Twitter un comunicado en el que daba a conocer la decisión de no celebrar el famoso All-Star de 2017 en la ciudad de Charlotte, en Carolina del Norte, por la norma HB2, la ley anti-LGTB promulgada en el estado el pasado mes de marzo.
Ni los eventos de la semana dedicada al mundo del baloncesto, ni el famoso All-Star Game que enfrenta a los mejores jugadores de las conferencias este y oeste de la liga, se celebrarán en la ciudad norcarolina, a pesar de que “la NBA y el equipo Charlotte Hornets han estado trabajando diligentemente para fomentar un diálogo constructivo e intentar llevar a cabo un cambio positivo”.
The NBA issued the following statement today regarding the 2017 NBA All-Star Game pic.twitter.com/2yo1YDA2Un
— NBA (@NBA) July 21, 2016
En vistas a que no parece que vaya a conseguirse tal cambio, la Asociación ha decidido cambiar de sede para sus famosos eventos, porque “mientras que reconocemos que la NBA no puede elegir las leyes de cada ciudad, estado o país en el que mantiene negocios, no creemos que podamos acoger exitosamente nuestras festividades del All-Star en Charlotte con el clima creado por la HB2”.
La NBA ha roto una lanza a favor del equipo local y de la ciudad subrayando que han buscado un entorno inclusivo para que todos los hinchas, incluidos los LGTB, se sientan bienvenidos en los eventos, pero aún con todo cambian la ubicación del All-Star 2017 –aún por determinar– y esperan poder celebrarlo en Charlotte en 2019. Ojalá para entonces, y mucho antes, haya cambiado el panorama en Carolina del Norte.