La prestigiosa revista The economist organiza anualmente un evento, llamado Pride and Prejudice, en el que personas con renombre como, por ejemplo, la presidenta de Chile, CEOs de diferentes empresas, y periodistas de los medios más respetados del mundo, intervienen en una serie de conferencias en Londres, Nueva York y Hong Kong para obtener una visión global de los cambios que están aconteciendo en el mundo. Uno de los más evidentes durante los últimos años es la visibilidad e importancia que las personas LGBT están adquiriendo en la esfera pública, algo que hasta ahora ocurría con cuentagotas. Amber Heard, actriz de Hollywood, ha participado en la edición de Nueva York contando su experiencia en la industria del cine, una de las más importantes y visibles globalmente, y no ha dejado títere con cabeza en sus declaraciones, unas de las más contundentes que hemos tenido la oportunidad de leer de boca de alguien tan público.
En primer lugar, Heard salió del armario oficialmente en los medios, algo que hasta ahora no había hecho de forma verbal, sino a base de… normalidad.
Como mujer bisexual, comenzó haciendo un discurso muy interesante.
Nunca me he visto a mí misma definida por la persona con la que estoy, del mismo modo que tú no te defines por el color del pelo de tu pareja. Nunca me he visto definida por una cosa en particular, mientras he visto cómo rápidamente me convertía no en la actriz Amber Heard, sino en la abiertamente lesbiana Amber Heard
Sobre la situación de los actores LGBT en Hollywood, y más concretamente de aquellos que ocultan su orientación sexual al gran público, Heard tiene mucho que decir.
Tengo un montón de amigos gays y lesbianas que son actores y actrices muy conocidos, y que lo único que dicen es “mi vida privada es privada”, algo que se usa no como eufemismo sino como una manera de esquivar. Y yo no creo que eso merezca la pena, porque mientras es verdad que mi vida privada es valiosa para mi, yo sabía que por estar en Hollywood tenía una particular responsabilidad, el foco estaba sobre mi en un modo diferente al que estaría si tuviera otro trabajo que pusiera menos atención pública sobre mi. Y me vi a mi misma en esta posición única, y como todo regalo, viene con una responsabilidad (…) Si cada hombre gay que conozco en Hollywood saliera del armario mañana mismo, en un mes todo se olvidaría. Pero aún nos queda mucho por recorrer
Los tiempo han cambiado tan rápidamente que muchas veces se nos olvida que hace tan sólo siete años, al comienzo de la década, nuestra visibilidad estaba en un punto bajísimo.
En 2010 yo me estaba encontrando con gente en un punto en el que mi carrera estaba despegando y no estaba solamente actuando, y yo estaba siendo fichada en películas románticas como la protagonista, y todo el mundo a mi alrededor me decía “como protagonista romántica, como chica protagonista, hay cierta cantidad de expectativas que necesitas alcanzar, necesitas ser capaz de vender, y ¿cómo va a alguien a invertir en ti románticamente si creen que no estás disponible? Y yo ponía los ojos en blanco y decía “mírame hacerlo”, y lo hice. No fue fácil. Era la única que trabajaba así, y fue muy difícil porque nadie lo había hecho. Pero aquí estoy, en 2017, entre algunas de mis compañeras que están fuera del armario y viviendo vidas completas y fluídas, fuera del armario, lo que es incluso más difícil, creo, que ser parte de una etiqueta en particular, y ahora soy una de muchas
Para terminar, también tiene unas palabras sobre el comportamiento general de las personas que trabajan en Hollywood.
Está lleno de gente que es alérgica a tomar riesgos y a exponerse, así que lo que ves es una fórmula de “bueno, esto funciona porque a todo el mundo le gusta el chico que salva el mundo, besa a la chica, y viven juntos para siempre”, y siguen un patrón my heteronormativo y que se inclina a los hombres blancos. Vamos a decir que la diversidad no es el punto fuerte de Hollywood.