Desde que Ellen Page y Kate Mara protagonizaran aquel sketch de Funny or die que nos mostraba un True detective soñado, e infinitamente mejor que la segunda temporada de la serie, las dos andaban buscando un proyecto conjunto. Son amigas, muy amigas en la vida real, y después de este par de años buscando un guión que mereciera la pena, las dos se han embarcado en My days of Mercy, un dramón con tintes oscuros que se estrenó en el Festival de Toronto y del que por fin podemos ver algo.
Si en algo hacen hincapié las críticas de aquellos que lo han visto ya es en la química que destilan las dos protagonistas. Las dos se conocen en una concentración a la salida de la cárcel donde está el padre de Page, y a partir de entonces surge su historia como trasfondo al debate sobre la pena de muerte. Page está muy orgullosa de su trabajo.
Tenemos, como la mayoría de las películas, estas narraciones que se parecen entre sí. En la mayoría de las películas es una narración con una historia de amor, y aquí es una historia lgbt. Es esa mezcla de estar orgullosa de tener personajes queer, de estar orgullosa de contar historias queer, pero no querer que la película se defina de esa manera, y tener esta clase de idea estrecha de ella, cuando creo que es muy similar a la narrativa tradicional estadounidense, en términos de un personaje que se enfrenta a obstáculos muy severos como la represión, profundo dolor, y luego tener amor en su mundo, expandiéndola
Las dos actrices comparten varias escenas de sexo en el film, y estas han sido definidas como “auténticas y apasionadas”. Vaya temporada llevamos de historias croquetas en el cine: todo son alegrías. La película, al igual que Disobedience, todavía no tiene un distribuidor, así que la fecha de estreno está en el aire. Os iremos contando qué tal.