Imagínate esto: entras en una cadena de comida rápida. Un Burger King, un KFC, un McDonalds… lo que se te ocurra, da igual. Y en el menú ves que ese día tienen un producto nuevo: la hamburguesa del Orgullo, que además viene envuelta en una bandera LGBT. Entonces le preguntas a los empleados: ¿Qué lleva? (no vaya a ser que le hayan puesto pepinillo; yo es que personalmente lo odio), pero ellos te dicen “no lo sé”. Entonces queda en tus manos decantarte por la novedad o elegir tu aburrida cheeseburger de toda la vida.
https://www.youtube.com/watch?v=qBkAAortU_g&feature=youtu.be
Pongamos que te decantas por la novedad, la hamburguesa del Orgullo, la abres, la muerdes, la saboreas y especulas acerca de sus ingredientes. “La carne es más tierna…” o “yo creo que le han puesto más queso”, seguramente dirás… hasta que reparas en el mensaje que hay escrito en la cara interna del envoltorio arcoiris y leas: “En el interior todos somos iguales”. Ahí es cuando te das cuenta de que lo que acabas de comer es la misma aburrida cheeseburger de toda la vida pero con un envoltorio más colorido. Impresiona, ¿verdad?
Pues esto es lo que ha pasado hace unos días en San Francisco, en uno de los Burger King de la ciudad, con motivo de la celebración del Orgullo Gay. La cadena de comida rápida ingenió esta campaña para concienciar a la gente de que todos somos iguales y tenemos los mismos derechos aunque la apariencia externa sea diferente. Personalmente, el vídeo me ha dejado alucinada, a lo mejor porque no me lo esperaba en absoluto. Más bien estaba ya con las defensas puestas, dispuesta a saltar a la primera, pensando que Burger King quería apuntarse un tanto a costa de la celebración del Orgullo. Pero no. La campaña de Burger te deja desconcertada y al final casi como que no puedes enfadarte, aunque en el fondo sepas que esto también es publicidad. O como dice una de las protagonistas del vídeo: nunca creí que una hamburguesa me haría llorar. Las lágrimas no se han asomado, pero los niños del final casi lo consiguen.
Gracias Jackelin Isla, lectora de HULEMS, por el aviso!