Internet es compartir. Nada ha hecho a la humanidad avanzar tanto como compartir datos, ideas, proyectos y opiniones, y la inmediatez que la red nos da ha supuesto, literalmente, una revolución. Eso se refleja también en los nuevos medios de información, que se nutren en buena parte del feedback con los lectores. Todo el mundo puede dejar su parecer sobre un asunto con solamente un clic. Eso es bueno, muy bueno, porque puedes aprender a base de leer opiniones que difieren de la tuya. Pero también es una experiencia no apta para gente sensible, que se enfade con facilidad, o con ordenadores muy caros, porque a veces dan ganas de tirarlos por la ventana.
A esta web que estás leyendo llegan todos los días un montón de comentarios. La gran mayoría son positivos, pero siempre hay alguien que, al parecer, no ha entendido que una página que se llame Hay una lesbiana en mi sopa probablemente trate de lesbianas, y sus comentarios no son tan positivos. Pero, ¿y en los medios generalistas? ¿Qué pasa en El País, El Mundo, El Diario? ¿Qué reacciones tiene la gente cuando estos periódicos publican noticias sobre asunto LGBT? Me he armado de valor y me he dado un paseo por los comentarios de las redes sociales.
Comienzo por el Facebook de El País, porque es el primer medio que me ha venido a la cabeza. Bajo, bajo… y ahí veo la primera noticia: “La ley anti-LGTB de Carolina del Norte viola los derechos civiles, según el Departamento de Justicia“, sobre la ley que quiere obligar a las personas a utilizar el baño público que corresponda al género que se le fue asignado al nacer. Y ahí comienza la fiesta.
Javier está muy preocupado por la posibilidad de que los heterosexuales se extingan, y sobre que alguien legisle sobre cómo ÉL tiene que ir al baño. Ya si alguien legisla sobre cómo tienen que ir los demás le parece bien. Después de este alegato, similar a los de Malcom X o Martin Luther King, me voy a la noticia en la web, a ver qué pasa. Y por supuesto pasa algo.
Los hombres bunga bunga tienen que proteger a las mujercitas de sus salpicaduras. me froto un poco los ojos porque no me creo lo que acabo de leer, pero como me va el barro sigo leyendo, y veo que Jose, que sigue teniendo esa idea tan de los ochenta de que los gays tienen muchas enfermedades, no entiende bien lo que significa ser transgénero y no le han enseñado cómo se transmiten las enfermedades de transmisión… sexual.
Me vuelvo al Facebook, porque quiero ver si han sacado algo sobre la posibilidad de que Elsa de Frozen tenga novia, pero antes me encuentro con la noticia de “La primera ‘mossa d’esquadra’ transexual“, el relato de Marta, que ha decidido empezar a vivir su vida como una mujer. Entro en él y está escrito regular (“cambio de sexo”, erm…) , pero bueno, lo pasaremos por alto, que aquí hemos venido a ver los comentarios.
Diego cree que es comparable el ser transgénero con el venir de Kripton y ser un personaje de ficción. A Francisco le hace gracia por… algo. Supongo que porque le hace falta leer más.
Después de un rato de scroll no doy con nada que me pueda servir, así que me voy a otro gigante del periodismo en España, El Mundo. Entro en su Facebook, scroll down… Y después de mucho bajar, doy con la columna del presidente de COGAM de este domingo, una columna polémica. Pero, una vez más, hemos venido a ver los comentarios.
Lorenzo, aparte de no saber escribir guay correctamente, anda preocupado por los treinta, ni más ni menos, hombres asesinados cada año, una de las falacias más reiteradamente demostradas falsas. Ya las 57 a las que mataron el año pasado sólo en España ya tal. Roberto está indignado porque la comunidad gay use la bandera gay como suya. Bueno, el nivel en El mundo es altito.
Remedios ve bien lo de ser homosexual, pero en su casa y sin hacer el mamarracho. Roberto no es partidario de que se mezclen churras con merinas (excepto si lo hace él).
Y en la linea de salida para los próximos premios Nobel están estos comentarios de que jojo, vaya chollazo ser bisexual, los gays cansan, y demás muestras de tener dedo prensil de casualidad.
Iba a seguir mirando periódicos pero es que ya me he enfadado.