Post escrito por Nuria Rita Sebastián, editora de ¿De otro planeta? Miradas cotidianas desde el Universo Blog
Hay momentos de la vida que una vez pasados una recuerda como si fueran una película, como si los y las protagonistas hubieran sido otros y no una misma. Algunos de esos momentos incluso también mientras están sucediendo los vives de esta manera, te preguntas cómo has llegado hasta ahí y si lo que está sucediendo es real porque «no puede ser». Así sucedió hace 10 años, tal día como hoy, un 16 de junio, en el que yo de repente estaba sentada en una mesa de presentación en la FNAC junto a Lucía Etxebarría y una premio Pulitzer, Maureen Dowd. Y allí estaba yo contando batallitas de mi familia, de cómo salí del armario en una épica conversación telefónica con mi madre en la que ella decía «ah» y yo decía «pues eso» y de la que ella tiempo después me dijo: «hija, es que no me enteré de nada, de verdad, luego vino tu hermano y me enseñó la entrevista, pero vamos, que no sabía qué me querías decir».
Porque claro, a mí, que siempre he sido un tan tímida como exhibicionista, no se me ocurrió otra manera mejor de salir del armario que publicando un libro. El libro no era mío, era de muchas personas, 34 blogueras, en concreto, era un libro pequeño y cotidiano y eso lo hacía especial y grande. Fue la primera antología de blogs que se publicó en España y el nexo común es que recogía blogs escritos por lesbianas, que formaban parte de lo que entonces conocíamos como «la bollosfera».
Aquel libro, ¿De otro planeta? Miradas cotidianas desde el Universo Blog lo cambió todo. Una vez leí que cuando la gente pregunta si hay un libro que te haya cambiado la vida, la pregunta es en sí misma exagerada y la respuesta no puede ser cierta en un sentido estricto, porque salvo en contadas ocasiones, como que te hayas roto una pierna por tropezar mientras caminas leyendo un libro y entonces conozcas en el hospital a quien será tu futura pareja, no es verdad que los libros cambien la vida.
Sin embargo, en el caso de ¿De otro planeta? me cambió la vida, literalmente (entre otras cosas conocí a una persona excepcional que se convirtió en mi primera pareja y no siempre se puede decir que conociste a tu primera novia el día de la primera presentación de tu primer libro) y me consta que también se la cambió a muchas de las autoras, y también a algunas lectoras e incluso a sus familias. Es una pena porque perdí los emails que me llegaban por aquella época y había varios en los que lectoras me contaban que habían salido del armario regalando este libro a sus padres, o que les había ayudado a reconocerse como lesbianas o a superar alguna de las famosas fases. En especial recuerdo la historia de una chica que había regalado el libro a su madre, y ésta, que no tenía estudios y que nunca antes había leído un libro, lo leyó por la insistencia de su hija, y cuando lo terminó pensó «si he sido capaz de acabar un libro entero, soy capaz de ponerme a estudiar» y se puso a ello, y con el tiempo se sacó el graduado escolar.
Por todas estas historias merece la pena recordar hoy, 10 años después, aquel momento, cuando aquel libro de color naranja con una astronauta en la portada se coló en la FNAC y cuando todas nosotras nos creíamos capaces de comernos no el mundo, sino cualquier planeta.
Gracias a todas las que participasteis en el libro, como autoras, como lectoras, como libreras, cargando cajas, diseñando camisetas y chapas, asistiendo a las presentaciones, preparando notas de prensa, conversando, riendo… Gracias a todas por creer una vez que sí, que todo era posible.