No hubo sorpresas en el Festival de Cannes, y la Palma de Oro se la ha llevado la cinta favorita de público y críticos: La vida de Adèle. Este es un merecidísimo premio a una película que ha sabido imponerse al conservadurismo más rancio de algunos festivales cinematográficos, que amenazaba con dejarla sin galardón por sus largas y sonrojantes escenas de sexo.
A Adèle, la protagonista, la conocemos cuando tiene 15 años, en la edad del desconcierto y la locura de esa tormenta emocional llamada adolescencia, y viajaremos con ella hasta su madurez, subidos a un tren que es la propia vida, cuya estación de destino dicen que es encontrarse a uno mismo.
Como no somos quien de realizar una crítica en condiciones, os extractamos las mejores frases de quienes sí saben de lo que hablan y han tenido el honor de poder ver la película, para que comprendáis hasta qué punto estamos ante una película especial:
Es un prodigio intimista, una película que bucea con arte y sutileza a lo largo de tres intensas horas en los sentimientos de una mujer a la que seguiremos durante una década de su existencia. (Carlos Boyero, El País)
Las escenas de sexo son explícitas y largas. Provocan turbación. Las actrices tienen que poseer una confianza ciega en su director para que no las haya frenado el pudor (Carlos Boyero, El País)
El riesgo, la emoción, el vértigo, el escalofrío, la furia, la fiebre… El entusiasmo, tal vez. Todo eso es ‘La vie d’Adèle’. Si no se quiere insistir por aquello de no taponar los oídos, se puede resumir en, sencillamente, un milagro (Luis Martínez, El Mundo).
Ya hemos comentado en otras ocasiones que lo nuestro no son los números, pero no hay que ser un genio de las raíces cúbicas y las hipotenusas para hacer un cálculo rápido: si la comunidad LGBT representa apenas un 10% de la población, y el mayor galardón del prestigioso Festival de Cannes se lo lleva una película lésbica que, a priori, parece lo más realista que se ha rodado en mucho tiempo, es para sentirse muy orgullosos. La peli, además, está basada en el libro/comic El azul es un color cálido. Pero de eso prometemos hablar en otro momento.
¿Es La vida de Adèle la homónima lésbica de Brokeback Mountain? Sí. Quizá. Puede ser. Seguramente… ¿no?
En esta ocasión, voy a pecar de pesimista y diré que no me parece que esta cinta revolucionaria, a la que el propio Steven Spielberg (como presidente del jurado de Cannes) define como “un milagro”, pueda optar a un hueco entre el mainstream que proyectan las salas de cine americanas como lo hizo la película de Ang Lee. A fin de cuentas, no deja de ser un drama de corte francés -y esto es lo más importante, que no es estadounidense- para paladares exquisitos a los que no les importa estar tres horas con el culo pegado a una butaca. Pero antes de poner el carro delante de los bueyes, nosotras queremos celebrar que hoy ha triunfado el cine de verdad en Cannes. Y que también hoy hemos triunfado un poquito todas nosotras, porque La vida de Adèle es por encima de todo una apasionada historia de amor entre dos mujeres.
Muchas muchas ganas de verla.
@unachicademarte