Capítulo 2: Mujeres
Si hay un momento decisivo en la vida de toda croqueta, ese es, sin lugar a dudas en el que se hace Brenda sale del armario.Y frente a la eterna duda de ¿qué va a pasar? Te facilitamos, amiga, una guía en dos capítulos, que, a modo de inventario, te servirá para detectar algunos cuantos prototipos de reacciones que encontrarás por el mundo, en esta ocasión viniendo de tus amigas, hermanas y mujeres de tu entorno en general. Porque sí, hay diferencias (notables) con los chicos.
‘Yo eso lo llevo super bien’
A mis brazos, croquetilla
*Suspiras aliviada* Mientras ella se ahueca el pelo para empezar, acto seguido, a entrar en un bucle conocido como excesiva tendencia a normalizarlo que incluirá ejemplos de toda la gente que conoce homosexual (aunque sea una amiga suya lejana de la guardería), una retahíla de famosas del mundillo que ríete tu de tu cultura lésbica, la historia de la prima de su novio que es super feliz, citas de un libro de Virginia Woolf que leyó (o vió la película) en secundaria y comprensivos apretones de manos si tienes la terrible idea de dejar una libre. Por tu bien: no lo hagas.
‘Ay, que bien’
(la que te confunde)
Más clásicas que ir entre semana al Escape. Esa bella dama (porque si no es bella el problema, reconozcámoslo, esta zanjado) que se lo toma de tal manera, y lo interpreta con tal amor que resulta muy difícil saber que está pasando por su cabeza.
Y es que Sanidad debería prohibir por la salud mental de las bolleras a las hetero-confundidoras, aquellas a las que les encanta marear, tan pronto te expresan lo felices que les haces más que nadie como te detallan el ramo de flores que su novio les ha comprado. Y te sonríen, vaya si lo hacen, todo el rato, y de una manera, que hacen que tu —una lesbiana hecha y derecha— te cuestiones si se te podían caer mas las bragas pero ¿esto será normal para ella? Cuestión que siempre quedará sin revolver en le limbo de las preguntas sobre heteros *iluminación divina entrando por la ventana y dándote en los ojos. * Ay.
‘Ay, que bien’
(la que se confunde)
Y luego están estas. ESTAS. Las que te dejan ojiplática cuando, pasadas unas semanas, unos días, unos meses, te manifiestan que les confundes, AGARRATE. Tú, que nunca la has visto como nada más que como una señorita hetero simpática. Tú, que jamás pensaste nada impuro con ella, que para ti era menos excitante que una lechuga, tú, le confundes. Y no contenta con eso emitirá mensajes más claros que un pavo real en época del cortejo reproductor si tienes la suerte o desgracia de encontrarla con un nivel de alcohol en sangre mayor del habitual.
Eso sí, si decides responder a su llamada, OLVIDATE. Lo mejor que puede pasar es que entres en un bollodrama tamaño agujero negro, y lo peor, lo peor…lo peor quien sabe, pero señor, lléveme pronto.
*Discurso LGTB hasta la muerte*
Este tipo de damas son una especie a parte en el mundo. Pasaran en cuestión de segundos de una sonrisa cómplice a un discurso hijo directo del los mejores políticos que te vengan a la cabeza. Te hablará de cosas que tu ni sabes, de acontecimientos que no has oído en tu vida, y hasta de gente que sólo te suena de la enciclopedia. Posteriormente subirá al nivel indignación, y entonces añadirá a esta apabullante oratoria expresiones como `yo os comprendo’ `comparto vuestra lucha’ `la igualdad esta cerca’ y un misterioso `no estás sola’ que te dejará asustada a ti y a toda tu estirpe, pero oye, que gracias.
‘Estupendísimo’
Hay un tipo de mujer a la que —de repente— le ENCANTA que seas lesbiana, vamos que más que qué te gustan las mujeres parece que le hayas contado que le ha tocado (a ella) el euromillón. Porque además su felicidad será tal que ahora te contará y explicará cosas que ni siquiera querías saber —ejem, ejem— como si ser lesbiana te convirtiera en persona altamente sexual —ejem, ejem, ejem— y no contenta con ello te presentará a los demás con una descripción que incluirá en la primera frase que salga de su boca el concepto de tus gustos sexuales, por ejemplo:
‘Esta es Scout, mi amiga la del pueblo, ingeniera de centro Pokemon y además lesbiana ¿a qué es super guapa?’ *Scout sale corriendo*
Super interesante esto que me cuentas
Y bueno, para ser fieles a la verdad, también está un último caso – el que por suerte es más común – la que cuando descubre que eres lesbiana dice y hace justo lo que querías: NADA. Prosiguiendo con su vida, como tu con la tuya, felizmente, independiente de ella sea carnívora y tu vagitariana.