Si ganar un Emmy no era motivo suficiente para prestarle atención a How to get away with murder, y a Viola Davis, su tan acertadamente ganadora, que como nueva incorporación de la segunda temporada apareciese el nombre de Famke Janssen, ayudaba mucho a darle una oportunidad a esta nueva serie de la maestra Shonda Rhimes. Además de las insinuaciones de que el papel de la abogada Eve Rothlo iba a jugar en nuestra cancha…
Pero lo que no podías imaginar, al menos yo, es que la protagonista del show, a la cual amábamos ya sin necesidad de que fuese croqueta, de repente, ZAS, un abanico de posibilidades aparece en nuestra cuadriculada pantalla en el segundo uno… Hay química, hay tensión, hay dos bellezas en la pantalla, y hay mucha tela que cortar…
Pero antes de que se nos haga la boca agua con las futuras escenas entre las dos, deseemos que haya una caricia, un beso, y porque no, pasión entre las sábanas… pero poco a poco, si somos pacientes… De repente en cuarenta minutos todo lo que rondaba en tu imaginación sucede, sin tiempo a debatir si de verdad han tenido un pasado croquetil o eres tu que lo ves todo de color arcoíris. El resumen más acertado es decir que nos han dejado SIN PALABRAS.
Pero no a gusto con esto, me dispongo a analizar sus escenas en cinco pasos, al fin y al cabo no es una historia que no hayamos vivido ya en infinidad de series.
- Entrada triunfal: Sobresaliente
En ese momento en que la trama principal está bloqueada, no sabes para donde tirar, esperas que acabe de una vez y empiecen un caso nuevo, se olviden ya de la maldita trama que duró una maldita temporada… Y todo sucede de un momento a otro, el personaje nuevo en cuestión, entra en escena y acapara todas las miradas, tanto de los personajes como de los espectadores. La belleza de la neerlandesa ayuda, pero su célebre primera frase también. Ya estamos enamoradas de ella, y si no juega en nuestra acera, no importa: en nuestra imaginación sí.
- Un primer encuentro desesperado: Bien
Típica pelea de chicas, con un pasado, en donde la palabra “no hay nada que esconder” o “tu marido, tu novio” resuenan en la conversación con rin tin tin. No tenemos dudas, es ver eso y saber que de jóvenes estás dos hacían más que inocentes fiestas de pijamas en la universidad. Pero es demasiado cliché. Eve es la víctima, a la que Annalise dejó años atrás para conformarse con la seguridad junto a un hombre.
Debo añadir a ese momento el “Te odio tanto” que se traduce en un desesperado “No he podido olvidarte” dios lleva dos minutos en pantalla y ya amo a Eve Rothlo.
- ¡Pelea, pelea!: Notable
Parece que pasan los años y Annalise no madura, toda su vida utilizando a la gente, aprovechándose de ellos… Nos duele ver a la pobre Eve con el corazón roto… No hija, no te ha llamado tras todo este tiempo porque quiere volver contigo, sino para que libres a su exnovio, y a ella y su séquito de un par de asesinatos… Y duele, duele mucho… Pero más nos duele a nosotras que por un momento parece que la cosa acaba ahí.
- Confesiones de dos mentirosas compulsivas: Aprobado
Corriendo y desesperada, Annalise no puede perder a Eve, más que nada porque esta sola en esos momentos y acude llorando a su apartamento… Las dudas se disipan, estuvieron juntas, y la dejó por su marido (lo sabíamos). Eve es orgullosa, no la hirió en el pasado, no piensa en Annalise todos, los días, no, no, por supuesto que no… que bah.
- El pasado siempre vuelve: Matrícula de Honor
Vale, si fuese profesora los niños se reirían de mi, pongo muy buenas notas… Pero es que el beso fue, ¡ESE BESO! Dios,necesitaba sexo, ropa fuera, algo más… me quedo sin palabras para describir su “reconciliación” quizás viene muy pronto, no hemos podido sufrirlas…
Pero tengo claro desde ya que se han convertido en la OTP de la serie, en la pareja líder de la serie… y quizás no dura más que cuatro capítulos, pero es un giro que yo al menos no esperaba. No se podía criticar a la serie por ser homófoba porque tiene a su chico gay protagonista, y en Shonda, pero añadir croquetas ha sido algo que se agradece, así que por una vez, no criticaré, sino daré gracias por ello.
Sólo añadiré que la próxima semana, ¡vamos a morir!