Person of interest ha demostrado durante cuatro temporadas que es una serie excelente, muy probablemente la mejor de ciencia ficción actualmente en parrilla. Lo que comenzó siendo un procedimental con toques futuristas se ha desvelado como una distopía peligrosamente creíble, y que no hace sino mejorar con cada episodio que se emite. Una pena que solamente nos queden un puñado de ellos para disfrutarla.
Una de las líneas argumentales favoritas de muchas fans de la serie es la ¿historia de amor? no, definitivamente no es una historia de amor, ¿la atracción? no, es mucho más que eso. La… ¿relación? mucho decir. La tensión entre Root y Shaw. Eso es: la tensión entre dos de las protagonistas, una tensión palpable desde el momento en que se conocieron, allá por la segunda temporada.
Tras la desaparición de Shaw, Root no dejó de buscarla. Y, finalmente, en el tercer episodio de la quinta temporada hemos podido presenciar ese reencuentro, el momento más esperado de Person of interest. El episodio comienza con Shaw bajo las garras de los agentes de Samaritano, y sometida a diferentes torturas. Finalmente consigue escapar, y tras una inteligente maniobra, sabiendo que no puede ir a buscar a Root y Reese, hace que ellos la encuentren. La primera mirada entre las dos es sobrecogedora.
Shaw no está bien. Algo ha cambiado en ella, y Root se da cuenta en el mismo momento en que la rechaza. Wait, what? Para nuestra alegría, parece que un poco más tarde todo sigue según lo esperado.
Las ganas que teníamos de este momento eran enormes, y creo que no me equivoco al decir que la escena ha estado a la altura justa de nuestras expectativas, y de sus ganas. Ni la una ni la otra son suaves y románticas. Las dos están acostumbradas a los golpes duros y a la acción, y exactamente eso es lo que vemos en pantalla. Los mimos vienen ya después.
Tras una primera parte del episodio en que las cosas van saliendo según lo previsto, en la segunda todo se desmorona. Y es que Samaritano parece controlar a Shaw, que en un momento dado mata a Reese, y quiere hacer lo mismo con Root. En una de las escenas más alucinantes que hemos visto en la serie, Shaw le confiesa a Root que su “espacio seguro”, el lugar feliz a donde iba cuando intentaban entrar en su mente, era con ella.
Por su parte, Root le hace la confesión que todas sabemos desde hace tiempo, pero ella no se atreve a decir.
Sabes que estamos hechas la una para la otra
Pero no es suficiente, y Shaw se dispara.
6741 es el nombre del episodio, y al final del mismo entendemos el porqué. 6741 es el número de veces que han desplegado un simulacro en la mente de Shaw para que les llevara hasta la máquina. Todo lo que ha sucedido ante nuestros ojos ha sido producto de su mente. John no está muerto, Sameen no ha escapado, y, sobre todo, Root no sabe cual es su lugar feliz. Un final agridulce para un episodio sobresaliente, de los mejores de la serie.