1997. James Cameron estrenaba Titanic, la superproducción más grande hasta la fecha, que arrasaría en los Oscar, y que, además, sacaría a la luz una historia que sí, nos sonaba a todos, pero de repente la estábamos viviendo: el hundimiento del Titanic. De la mano de Jack y Rose conocimos algunas de las pequeñas historias que se fueron formando durante los tres días de la travesía, y a las personas que embarcaron en el transatlántico y vieron su vida truncada. De una de ellas no se habla en la película, ni una sola mención, y resulta más que interesante conocerla un poco.
Ella White y su bastón luminoso salvaron muchas vidas en esa noche de abril de 1912. Se sabe, por relatos de testigos, que salió de su habitación con solo su camisón, zapatillas de noche con tacones altos de diamantes y con su bastón, novedoso para la época, que tenía una luz eléctrica incorporada.
Los historiadores han contado que la Sra. White usó su bastón como un faro para alertar a otros barcos de las balsas salvavidas que flotaban desperdigadas por las aguas del Atlántico. Walter Lord, en su libro Una noche para recordar, escribió “Sra. J. Stuart (Ella) White no ayudó a la fila número 8, pero se nombró a sí misma como una especie de señaladora. Tenía un bastón con una luz eléctrica incorporada, y durante la mayor parte de la noche lo agitó ferozmente, a la vez ayudando y confundiendo a la gente.”
Ella, como muchísima gente de primera clase, también se salvó. Fue testigo estrella en las audiencias judiciales, y gracias a los medios de comunicación de la época, la historia de Ella White y su bastón iluminado se hizo famosa. Ella White, por cierto, se sabe que mantenía una relación con su compañera de camarote del barco, y con quien vivió en el Hotel Plaza, Marie Grice Young. Ahora sus pertenencias, incluido su famoso bastón luminoso, van a ser subastadas en Rhode Island. Si te sientes con ganas, o con bolsillo, de tener un trocito de la historia, puedes participar en la subasta en Guernsey’s.
Vía: Pink News