Greg Rucka, escritor de algunos de tus cómics favoritos como por ejemplo Wonder Woman, es el autor de Stumptown, una historia sobre una detective poco habitual que, tachán tachán, se ha convertido en una serie de televisión que vas a poder ver muy pronto. La cadena ABC será su hogar, y está protagonizada por nada más y nada menos que Cobie Smulders (Cómo conocí a vuestra madre, Agents of Shield).
La serie sigue a Dex Parios (Smulders), una marine fuerte, asertiva e ingeniosa con una vida amorosa complicada con chicos y chicas, deudas de juego y un hermano que cuidar en Portland, Oregon. Sus habilidades de inteligencia militar la convierten en una gran detective, pero su estilo sin complejos la coloca en la línea de fuego de los delincuentes incondicionales y no precisamente haciendo migas con la policía.
Junto a Smulders estarán Michael Ealy, Tantoo Cardinal, Adrian Martinez, Cole Sibus, Jake Johnson y Camryn Manheim, y la serie estará dirigida por Jason Richman, quien habla maravillas de ella.
En el momento en que leí la novela gráfica, me atravesó el espíritu del personaje y me enamorñe de ella inmediatamente. Dex es un personaje complejo y único en este género. Si lo pones todo junto, te da como resultado un cuadro único.
Smulders ha hablado también de su personaje.
No es una superheroína. No tiene unas grandes habilidades. Es una chapucera y las escenas de lucha serán muy sucias y muy realistas.
Y, claro, también ha hecho comentarios sobre la bisexualidad de Dex, que quedará patente en la serie de un modo explícito, afortunadamente.
Definitivamente se siente atraída por hombres y mujeres. Ella trata de reuperarse de su síndrome de estrés post-traumático a través del sexo. Se apunta a todo, y esta es una de las cosas que más me atraen de este personaje. De verdad creo que Dex no es capaz de tener una relación… ella es más de ver quién está disponible en cada momento.
A partir del 25 de septiembre podremos disfrutar de esta nueva serie, que esperamos que tenga un éxito arrollador y nos den, no sé, veinte temporadas.
Vía: Forbes