19 temporadas después, se acaba The Ellen Show, uno de los programas con más éxito de la televisión, y que ha estado comandado y presentado por la mujer lesbiana más famosa e influyente del mundo, Ellen DeGeneres. A esta noticia, que ya tendría relevancia por sí misma, tenemos que unir, por supuesto, la polémica que surgió hace más o menos un año, cuando saltaron a los medios las condiciones laborales que denunciaban los trabajadores de las subcontratas del programa.
En marzo del año pasado, el comediante Kevin T. Porter inició un hilo de Twitter pidiendo a la gente que contribuyera con «las historias más locas que hayas escuchado sobre el mal comportamiento de Ellen. Las respuestas llegaron rápidamente a casi 3000, y cuatro meses después, Buzzfeed News publicó una investigación en la que un empleado actual y diez ex empleados de Ellen contaron historias de «toxicidad diaria», incluido el despido después de estar de baja médica o días de duelo para asistir a funerales, ser sometidos a microagresiones racistas en el lugar de trabajo y que se les prohibiera hablar con DeGeneres en la oficina.
Mañana, 13 de mayo, en una entrevista con Oprah, la comediante desvelará más detalles sobre esta decisión, pero previsiblemente echará balones fuera. Según ha ido desgranando en unas declaraciones para THR, el terminar su programa es algo que estaba decidido desde 2018, pero que por cuestiones de contrato con la difusión en cadenas más pequeñas, no ha podido llevarse a cabo hasta ahora. Y, bueno, luego está esto:
Soy una persona creativa, y cuando lo eres necesitas ser constantemente retada, eso es por lo que decidí presentar los Óscar o por lo que decidí volver a los monólogos cuando no pensé que lo haría. Solo necesitaba algo para retarme. Y por muy genial que sea este programa y por muy divertido que sea, ya no es un desafío. Necesito algo nuevo que me rete
Que haya perdido casi un millón y medio de espectadores… no ha tenido nada que ver. Rick…
El caso es que esto tiene más relevancia de la que parece a primera vista. Las personas somos puzzles complejos, con aristas, y en ningún caso somos perfectas. Con los personajes públicos esto, además, se eleva a otra categoría, la de que no solamente tienen que ser perfectos, sino que tienen que ser como nosotros queramos. Y, claro, a veces nos llevamos unas decepciones tremendas. Está claro que Ellen ha hecho un trabajo espectacular por la comunidad LGBT, sufriendo en sus propias carnes la discriminación que muchas personas LGBT padecen a diario, y siendo un faro visible para muchas personas. Está claro que ha hecho mucho bien en mucha gente, bien directamente, bien a través de sus movidas benéficas. Pero igual de claro está que eso no la exime de la responsabilidad que tiene en cosas como el crear un ambiente de trabajo hostil o impedir que sus empleados se sindiquen. ¿Cuanto estamos dispuestos a perdonarle a alguien en función de que reme a nuestro favor en determinadas cuestiones?