Una de las preguntas que más resuenan últimamente en relación al cuidado íntimo es esta: ¿lavarse solo con agua o con agua y jabón? Los estudios más recientes sobre la higiene de la vulva no son concluyentes, porque no hay evidencia suficiente como para recomendar un método óptimo para todas las personas con vulva.
Aun así, sí hay consenso sobre el uso de los productos inapropiados, como gel de ducha, jabones fuertes, duchas vaginales… Este tipo de jabones están diseñados con un pH neutro, perfumes u otros ingredientes agresivos, que son los mayores enemigos de una zona tan delicada como lo es la vulva. Esto puede llevar a un desequilibrio en la microbiota (el ecosistema de la zona) y generar irritación, sequedad, picores o infecciones, que se retroalimentan con el uso frecuente de estos productos convencionales.

En resumen: que es una decisión personal mientras se utilicen los productos adecuados. En mi caso, utilizo jabones específicos para la zona de manera esporádica, que me resultan muy agradables de utilizar sobre todo después de hacer deporte, mantener relaciones sexuales o durante los días de menstruación. Quédate con esto: la vagina (zona interna) en sí misma no necesita ningún tipo de producto, y la zona externa, la vulva, se puede limpiar con agua o un jabón íntimo que cumpla ciertos requisitos. Pero ¿cómo es el jabón íntimo ideal?
- Con un pH adecuado. El pH nos indica si un líquido es ácido, neutro o alcalino, y su función en el cuerpo es mantener el equilibrio químico de cada zona. La vulva tiene un pH más ácido que el resto del cuerpo, por eso necesitamos un limpiador que también tenga un pH ácido para igualarlo y asegurarnos de que no interferirá con la flora vaginal.
- Sin perfumes excesivos. Las fórmulas demasiado perfumadas emplean ingredientes que pueden resultar irritantes, por lo que es mejor optar por aromas ligeros.
- Sin alcohol. El alcohol reseca y puede alterar el equilibrio.
- Tensioactivos suaves. Estos son los ingredientes que actúan como limpiadores, entre los cuales, podemos encontrar algunos agresivos como sulfatos y otros más gentiles, que son los que debemos priorizar.
- Ingredientes protectores. Además de la función de limpieza, es interesante que el producto cuente con algún componente que hidrate, como ácido hialurónico, aloe vera o ceramidas.
- Fórmula hipoalergénica. Cuando un producto es hipoalergénico quiere decir que no utiliza ingredientes que suelen dar alergia, entre ellos algunos que he mencionado más arriba que conviene evitar. Su composición lo hace apto para pieles sensibles.
- Solo para uso externo y fácil de aclarar. Los formatos demasiado densos pueden hacer que queden restos, por eso es mejor optar por texturas más ligeras y sencillas de aplicar y retirar.
Parecen demasiados requisitos, y es normal que tras leer todo esto sientas que encontrar el jabón íntimo adecuado es casi imposible. La realidad es que los hay de todos los tipos: algunos de baja calidad y otros de alta calidad, en diferentes formatos y texturas, con aroma y sin aroma… A mi modo de ver, es importante evitar los jabones íntimos de baja calidad, como los que solemos ver en el súper, y priorizar fórmulas más naturales que, tal vez, no son las que se recomiendan en las farmacias. En mi búsqueda del jabón íntimo perfecto descubrí esta novedad de Iroha: unas espumas para lavar la zona íntima que cumplen con el listado que acabo de compartirte, por lo que son una opción excelente si decides utilizar un jabón para la vulva.

Estas espumas han sido diseñadas con el mismo mimo que el resto de los productos de esta marca japonesa, y es algo que vamos descubriendo a medida que nos adentramos en su formulación. Lo más importante: cuentan con un pH equilibrado, porque ya hemos visto que para una zona tan delicada como lo es la vulva no sirve un gel corporal u otro destinado al cuidado de otra zona. Según nos cuenta la marca, el pH vaginal normal oscila entre 3,8 y 5, justo donde se ubica el pH de las espumas:

Con un pH adecuado, logramos que la piel siga manteniendo su poder de limpieza natural, las bacterias estén controladas y evitemos picores u olores. No obstante, hay que tener en cuenta que la vulva huele a vulva, así que un olor ligeramente ácido e incluso más fuerte después de practicar ejercicio o sexo y metálico cerca de la menstruación es normal. Sí debemos consultar con alguien profesional cuando existe un olor muy fuerte, desagradable, dulce o químico, ya que puede ser señal, entre otras, de candidiasis, infección o vaginosis bacteriana.

Volviendo a las espumas íntimas de Iroha, su fórmula ligeramente ácida es ideal para el cuidado de la vulva, y es algo que notamos desde el primer uso. En contacto con la zona es gentil, no pica ni escuece, y deja una sensación suave en la piel.

A ello también contribuye su textura: una espuma ligera que hace que la aplicación sea sencilla y también resulte fácil de aclarar. Vienen en un formato de 150 ml y un dosificador que transforma el líquido en espuma. Aunque la marca recomienda dos presiones de producto por lavado, a mí me ha bastado con una.


Además, ninguna de las tres espumas contiene parabenos, siliconas, aceites minerales, colorantes, fragancias sintéticas ni alcohol. De hecho, es una fórmula con ingredientes naturales que contiene aceites esenciales, claves para ese efecto hidratante en la piel. Gracias a la cuidadosa selección de ingredientes, es un producto apto también para pieles sensibles, y doy prueba de ello como alguien que sufre por piel reactiva. En cualquier caso, recuerda que su uso es exclusivamente externo, el producto no debe utilizarse de manera interna.

Las espumas están disponibles en tres variedades diferentes en cuanto al aroma, ingredientes y color del envase:
Verde: bergamota y naranja amarga

Tiene un aroma herbal relajante. Contiene ácido hialurónico y colágeno, y más de quince aceites esenciales. Es ideal para cuidar e hidratar la piel.
Rosa: rosa de damasco y geranio

Si prefieres los aromas florales, esta es tu espuma. Además del ácido hialurónico y el colágeno, también lleva ceramidas (ideal para aportar hidratación y mantener la barrera cutánea) y diferentes aceites esenciales. Por esta razón es algo más hidratante que la espuma verde, y también contribuye al control de olores.
Naranja: cítricos dulces

Huele cítrico y refrescante, y es que contiene varios aceites esenciales cítricos que aportan un olor delicioso. También lleva ácido hialurónico, colágeno y ceramidas, lo que lo hace ideal para hidratar y controlar los olores.

Una de las características que más me han cautivado de estas espumas, además de la suavidad en la aplicación y en cómo dejan la piel, es su aroma. Lo cierto es que más arriba te recomendaba esquivar los productos con aromas fuertes porque suelen reproducirlos con perfumes, pero, en este caso, los aromas de las espumas se han logrado gracias a los aceites esenciales que aportan olor y sus respectivas propiedades. Las tres variedades ofrecen aromas muy bien logrados y naturales. Aunque nunca he sido muy de cítricos, mi favorito ha sido precisamente el de la espuma naranja porque es un aroma sutil y equilibrado.

Me parece especialmente interesante transformar un acto rutinario como puede ser una ducha en un ritual que nos ancle al presente y nos ayude a cuidarnos de forma más consciente, sobre todo en una actualidad consumida por la incertidumbre como en la que nos encontramos. Los estímulos físicos nos ayudan a lograrlo, como la textura de la espuma o los aromas únicos de las tres variedades. Si nos asomamos al mundo de la aromaterapia, descubrimos todavía más propiedades que te aconsejo explorar (y disfrutar) oliendo la espuma en tus manos antes de aplicarla en la vulva:
El aroma de la espuma verde: bergamota y naranja amarga
- Algunos ingredientes (bergamota, lavanda y mejorana) son relajantes, reducen la tensión y aumentan la tranquilidad
- Otros como la naranja dulce y amarga, el may chang y el ylang ylang mejoran el estado de ánimo y el equilibrio emocional de manera sutil
- Las notas herbales (eucalipto, pino, laurel y ciprés japonés) aportan frescor y claridad mental
- El vetiver y la madera de cedro nos hacen sentir una sensación de estabilidad y ayudan a liberar estrés acumulado
El aroma de la espuma rosa: rosa de damasco y geranio
- Las flores (rosa de Damasco, geranio e ylang ylang) reducen el estrés y la tensión, generan confort y sensación de bienestar
- Los aceites de bergamota, ciprés, vetiver y flor de naranjo amargo transmiten serenidad y rebajan la ansiedad
- Los arbóreos (may chang, pino y árbol del té) le dan un punto de frescor y sensación de purificación
El aroma de la espuma naranja: cítricos dulces
- Los cítricos (pomelo, mandarina, naranja, lima y limón) son energizantes y ayudan a elevar el ánimo
- El eucalipto es refrescante, aporta sensación de limpieza
- El cedro transmite seguridad y calma, rebaja la sobrestimulación que puede aportar la familia cítrica.
- El jengibre aporta calidez

Como ves, un acto que a menudo hacemos en piloto automático se puede transformar en un gesto muy pensado para nuestro cuidado físico y también emocional. Aprovechar los beneficios de la aromaterapia en unas espumas íntimas me parece una apuesta inteligente y efectiva que puede hacer de un baño al uso un momento tranquilo donde conectar con nosotres mismes al mismo tiempo que protegemos nuestra salud íntima.

En definitiva: las nuevas espumas de Iroha son todo un acierto si eres de quienes prefieren la sensación de limpieza que deja un jabón íntimo. Son productos respetuosos con la zona, con la piel, agradables de utilizar por su formato espuma y con numerosos beneficios en diferentes ámbitos. Sin duda, un básico para el día a día que se ganará un merecido lugar en el estante de la ducha.
Consigue tu espuma favorita AQUÍ.

