A lo largo del verano fuisteis muchas las que nos gritabáis: ¡Orphan Black, tenéis que hablar de Orphan Black! Y no sé por qué hemos tardado tanto en traer al blog esta maravillosa serie. Pero aquí estamos, con Orphan Black recién vista, y todo el hype que conlleva haber encontrado un show de estas características. Para que veáis que también tenemos en cuenta vuestras recomendaciones.
Es complicado hablar de esta serie sin arruinar su elemento sorpresa. Yo tuve la suerte de empezar a verla sin saber absolutamente nada de ella y os recomendaría que hiciérais lo mismo, pero sé que si os digo “Orphan Black hay que verla porque es jodidamente buena y punto”, no os convencería, así que vamos a hacer una cosa: voy a indicar hasta dónde se puede leer si prefieres que te sorprenda y a partir de ahí será tu responsabilidad seguir leyendo. Allá vamos.
Orphan Black comienza con un piloto buenísimo en el que seguimos los pasos de Sarah Manning (interpretada por Tatiana Maslany), una punk inglesa, residente en Estados Unidos, con un pasado criminal, que lleva diez meses sin ver a su hija. Sarah está en una estación de tren cuando sucede el trágico accidente que cambiará su vida para siempre. Mientras hace una llamada en el andén, observa que a unos pasos de donde se encuentra, hay una mujer que está visiblemente nerviosa. Extrañada por su comportamiento, decide acercarse, pero mientras lo hace, ve que la mujer se quita el abrigo, los zapatos y deja su bolso en el suelo. La misteriosa mujer está de espaldas, así que no puede verle la cara, no obstante, cuando Sarah ya está a escasos metros y la desconocida se gira, sucede algo inesperado: ve que es exactamente igual a ella. Tiene su cara, sus ojos, su cuerpo. Está llorando. Se miran durante unos segundos que nos parecen eternos y entonces la mujer salta a la vía y es arrollada por un tren.
¿Qué hace Sarah en esta tesitura? Lo que cualquier criminal sin blanca y sin escrúpulos haría: aprovecha la situación llevándose el bolso de la mujer que acaba de suicidarse. Un rato después, mientras revisa su contenido, decide beneficiarse de sus parecidos y suplantar la personalidad de la recién fallecida para robarle todo el dinero que tiene en el banco.
Hasta aquí, lo que se puede contar sin arruinarte la sorpresa. Pero puedes seguir leyendo si quieres, prometo no hacer (más) spoilers.
Es curioso cómo series por las que damos mucho resultan ser una mierda y otras de las que no esperamos nada, acaban siendo maravillosas. Orphan Black es un honroso ejemplo de ello. Y la culpa de todo me temo que la tiene la increíble Tatiana Maslany, una actriz a la que personalmente desconocía, pero de la que no he podido evitar enamorarme.
Tatiana es quien interpreta a Sarah Manning en Orphan Black, la delincuente que suplantará la personalidad de Beth Childs con la esperanza de que esto le abra las puertas de un futuro mejor. Nada más lejos de la realidad. Cuando Sarah se convierte en Beth, comprende que se trata de una policía suspendida de su trabajo por un asunto turbio. Sarah irá poco a poco tirando del hilo hasta descubrir por qué es exactamente igual que la fallecida Beth. Como si fueran clones… y es que son clones. Pero lo peor de todo es que hay más, muchos más. Y alguien las está persiguiendo.
Si has leído hasta aquí, quizá estés pensando: “Puff… ¡clones!, qué pereza, no la veo ni de broma”. Reconozco que si a mí me lo hubieran explicado así, me habría acercado a ella con pies de plomo, pensando que me estan intentando colar una serie de absurdas teorías neoconspiratorias y naves espaciales, las cuales no suelen gustarme. No obstante, os diré que cuando la ves, no tienes esta sensación para nada. De hecho, al terminar la primera temporada, lo que me vino a la mente fue: Orphan Black, ¿dónde has estado toda mi vida? Creo que eso resume lo mucho que me ha gustado, pero como bola extra, aquí os dejo otros cuatro motivos por los que nadie debería perderse esta serie:
TATIANA MASLANY. ¿En qué cueva tenían oculta a este prodigio de mujer? En serio, ¿dónde estaba y por qué no nos la han presentado antes? Voy a decir algo que muchas de vosotras consideraréis un pecado, especiamente viniendo de este blog, pero me gusta tanto o más Tatiana Maslany que Laura Prepon. Lo digo con el corazón en la mano. Hasta estoy pensando construirle un altar. Aparte de creer que deberían darle un Emmy como la copa de un pino, confieso que me he quedado loca con su registro interpretativo. Brutal. Tatiana interpreta a todos sus yoes en la serie y me parece fascinante cómo consigue darles algo especial a cada uno de ellos. Estás viendo a la misma persona y, sin embargo, son personas totalmente diferentes. Me declaro una firme defensora de que clonemos a la actriz, así cada una de nosotras podríamos tener una Tatiana.
10 EPISODIOS DE MENOS A MÁS. Una de las cosas que más me ha sorprendido de Orphan Black es que va de menos a más. El piloto es buenísimo, una carta de presentación impecable, pero si el primer episodio es bueno, los otros lo son más. Esta serie es una de las pocas que va ganando en calidad a medida que pasan los minutos, hasta que llega un momento en el que llevas diez horas sentada frente a la pantalla y ni siquiera te has enterado.
ENTRE LA FANTASÍA, EL THRILLER Y LA CIENCIA-FICCIÓN. El show se mueve en la difusa frontera entre la ciencia y la ciencia-ficción. A los amantes de Fringe les gustará. A los fans más hardcore de Star Trek, les gustará. Y a los amantes del thriller policíaco, también les gustará. Muy pocas series consiguen aunar fans de gustos tan diferentes y esta es una de sus grandes virtudes. Da igual que tengas alergia a la fantasía, porque ante todo y sobre todo Orphan Black es un gran thriller, por lo que deja puertas y ventanas abiertas a quienes rechazan de entrada lo paranormal.
EL ROLLO BOLLO. Voy a romper una lanza a favor del rollo bollo que tiene Orphan Black. A algunas la historia entre los personajes de Cosima y Delphina les ha parecido floja. A mí me sorprendió para bien. Creo que el romance está bien construido, es creíble para los pocos minutos que le conceden, tiene algunos momentos que sin llegar a ser hot son bastante decentes (no son blanditos e inocentones tipo Glee, para que nos entendamos) y, si los guionistas nos lo permiten, la pareja podría tener un futuro prometedor. Las que ya hayan visto la serie, entenderán mejor esta frase.
En resumen: para mí Orphan Black se ha convertido en una parada obligatoria para todos los amantes de las buenas series. Y, sin duda, es ya una cita imprescindible el año que viene, que marcaré en el calendario con un rotulador de color rojo porque estoy deseando que llegue (¡ya!) la segunda temporada.
¿La has visto? ¿Qué te ha parecido? ¿Te ha convencido lo suficiente para darle una oportunidad?