Hoy estoy de buen humor, queridas lectoras, porque os voy a hablar de uno de los mejores vibradores que he tenido en mi vida. Y tengo que decirlo: he tenido unos cuantos. Se trata de Amorino, uno de los mini de Fun Factory. El hecho es que Fun Factory es un fabricante que a mí siempre me ha dado muy buenos resultados. Los materiales son excelentes y los productos una pasada, aunque es cierto que los precios se disparan un poquito. Ahora bien, cada céntimo que nos cuesta merece la pena.
Amorino es un vibrador que tiene dos funciones: estimular el punto G y estimular el clítoris. A pesar de ser pequeño (aunque más grande que Rosita, el vibrador del que os hablé en otra ocasión), alcanza ambos lugares y es muy manejable. El material es muy ligero y no pesa, de forma que usarlo es facilísimo. Mide 17,3 cm. de largo y 3,3 cm. de diámetro y está fabricado con una silicona médica hipoalergénica.
¿Pero qué ventajas tiene Amorino en comparación con otros vibradores de punto G? En primer lugar: no lleva pilas. Yo personalmente prefiero que funcione con un cargador porque las pilas van estupendamente al principio, pero a medida que se gastan disminuyen las vibraciones. Así la vibración será siempre la misma independientemente de la carga que tenga el vibrador. Pero atentas, que no es infinito. Mi consejo: cuando terminéis de jugar ponedlo a cargar, de manera que cuando lo uséis no se os pare en mitad del juego, que eso fastidia muchísimo.
Otra ventaja de Amorino es que… ¡es sumergible! El mecanismo no se estropea aunque nos demos un baño con él, cosa que recomiendo encarecidamente. Notar las vibraciones y el agua caliente de la ducha cayendo es toda una experiencia (si queréis ver lo que me divertí el otro día con Amorino en la bañera podéis seguirme en Instagram).
Y la tercera y última ventaja: vibra muchísimo. Las mujeres que llevamos un tiempo usando vibradores tenemos un problema y es que nos acostumbramos a la vibración. Un juguete que al principio nos estimulaba mucho, deja de hacerlo con el tiempo porque nuestro cuerpo necesita una dosis mayor de vibración. Amorino es estupendo porque, a pesar de su tamaño, tiene seis grados de intensidad y seis ritmos de vibración que controlamos con los botones de + y -. Esto no significa que no haya vibraciones más suaves para las que estéis empezando, Amorino las tiene y también se pueden regular. A diferencia de otros vibradores con diferentes ritmos y modos de vibración, este se detiene con el botón de Fun. ¿Por qué es interesante esta opción? Pues porque es mucho más cómodo que ir dándole al botón de – hasta que se pare por completo.
Además del vibrador en cuestión, en la caja también se incluye una cinta de silicona elástica que absorbe las vibraciones y se puede colocar en el vibrador y aumenta la estimulación en la zona externa. Para el uso vaginal (o anal, Amorino también es apto para ello) hay que quitar la banda de silicona.
Vamos, que Amorino es orgásmico, nunca mejor dicho. Si queréis un buen vibrador que no sea demasiado grande pero sí potente, esta es vuestra mejor opción. Contadme qué os parece, si preferís pilas o cargador, si os gusta que sea sumergible. ¿Alguna habéis probado algún otro juguete de Fun Factory?
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