—¡Me gusta que las chicas se defiendan!
En su mirada apareció un destello del placer que adivinaba en la batalla, en la conquista, en el sitio. No quería entregarme a ella y, sin embargo, mi cuerpo entero se moría por acariciarla y por recibir sus caricias.
—¡Vamos, dime otra vez que no quieres, que me odias!
Se echó a reír. Su risa era cínica y provocativa.
—¡Te odio! —grité.
Era la verdad, pero eso no impedía que me consumiera de deseo.
Así de sugerente es el inicio de Taxi a París, de Ruth Gogoll. Y el resto del libro no desmerece en absoluto: Un encuentro fortuito en un bar entre dos mujeres dará lugar a una historia de la que ninguna de las dos podrá escapar. En ningún momento conocemos sus nombres, son sólo dos anónimas que vamos descubriendo a medida que ellas dos lo hacen. Me recuerda mucho a cuando conoces a alguien en la vida real, cuando no sabes nada de ella, y todos los datos son nuevos y confusos. En este proceso descubrimos que una es una brillante ejecutiva (y van…), mientras que la otra se dedica a la prostitución. Prostitución femenina, para más datos.
El debate de la ejecutiva con respecto al empleo de la otra, sus dudas y miedos, y el constante juego entre la sensación de realidad y de obligación que tiene con respecto a ella es el eje del libro. La prostituta mantiene una posición ambivalente: tan pronto es dulce y cariñosa, incluso pareciendo que lo que siente es amor, como de pronto su carácter se vuelve arisco y… profesional. En cualquiera de los casos, la pasión no falta entre ellas dos, siendo muy, pero que muy frecuentes en el libro las escenas de sexo. Entiendo la dificultad que tiene describir tanta cantidad de encuentros, aun con todo, al final se vuelven un poco repetitivos para mi gusto, pero esto es opinión personal, claro.
La historia no está nada mal, aun cuando no deja de tener la tan manida estructura historia de amor-obstáculos que impiden la felicidad. Pero eso no quita que sea amena y se lea casi de un tirón. Taxi a París ha resultado ser el libro de temática lésbica más vendido en Europa, a pesar de que ninguna editorial se atrevía a publicarlo en un inicio. ¿Recordáis aquel anuncio que decía 50 millones de americanos no pueden estar equivocados? Pues algo de eso tiene Taxi a París. ¡Os animamos a que nos dejeis vuestras opiniones!