A veces la realidad supera a la ficción. Esta frase, que hemos escuchado tantísimas veces, es hoy más verdad que nunca cuando leemos la noticia de que el set de Orange is The New Black se ha convertido en la escena de un crimen.
En la madrugada del 30 de octubre, el reparto de la serie y el equipo de rodaje estaban acabando de filmar unas escenas en frente de la iglesia metodista Grace United, en Brooklin, cuando un ladrón se llevó unos cables valorados en más de 4.000 dólares. El parte de la Policía dice que el edificio estaba abierto al público en ese momento y que los cables yacían en el suelo, a la vista de todos. Así que alguien se los llevó sin que ni las actrices ni los guardias de seguridad se dieran cuenta de ello. No hay, por lo tanto, ningún detenido. Las únicas “presas” siguen siendo las actrices.
Y ya que estamos hablando de la serie, comentaros dos noticias, una mala y otra buena. La mala: la prensa internacional da por hecho la salida de Laura Prepon del show. La buena: la segunda temporada ya está parcialmente rodada, lo cual abre las puertas a un estreno relativamente pronto, a comienzos de 2014. Yay!
Vía: Huffinton Post