Hace un par de años dos películas hindi desafiaron los estereotipos de cómo debían ser las heroínas. Tenían por título nombres tan facilitos de recordar como Ishqiya y Saheb Biwi Aur Gangster y, milagrosamente, en ellas la mujer no se representaba como un florero la bondadosa y tímida vecina de una pequeña aldea o la callada y abnegada belleza a la espera de su príncipe azul. Muy al contrario, demostraron que las mujeres también pueden desear y sentir y amar y traicionar. ¿Y por qué no? Fornicar.
De alguna manera, parece que estas dos películas abrieron camino. Porque entonces llegó Dedh Ishqiya: la primera película mainstream de Bollywood con una pareja de lesbianas. Esto es, la primera película que está en las salas de cine y no en salas clandestinas en las que se pasan cintas casi de género pulp.
Dedh Ishqiya es la historia de dos de ladrones, Khalujan y Babban, que se las apañan para robar una joyería. Cuando la policía empieza a perseguirles, ambos se separan y Khalujaan cae herido. Después de meses de rastreo y búsqueda, Babban consigue encontrar a Khalujan en un concurso de poesía. ¿Qué hace un ladrón en un concurso de poesía? (Te preguntarás). Y yo te contestaré que ni puñetera idea, pero estos de Bollywood son así de aleatorios, y hay que perdonárselo porque aquí es donde viene lo bueno: el ganador se llevará a Begam Para, nuestra valorosa croqueta, como esposa. La película sigue y pasan muchas cosas irrelevantes que casi mejor ni os contamos porque no queremos aburrirte, pero has de saber que la pareja lésbica está formada por Begam y su fiel asistenta, Munira, y que en la película se representa de una manera bastante explícita para lo que suele ser Bollywood.
La naturaleza lésbica de su relación se despliega con juegos, carantoñas, miraditas y toda esa química que flota en el ambiente. Pero queda clara cuando en una escena de sombras chinescas se sugiere que las dos acaban de iniciar algo más íntimo. Es decir, no esperes que hagan unas tijeras de la muerte a lo Karate Kid conoce a La Vida de Adéle, sino algo más bien velado, sugerido.
Hay que tener en cuenta que esto es Bollywood, un lugar en el que incluso algunas parejas heterosexuales no se besan delante de la cámara. Y por ello debemos aplaudir la valentía de los cineastas, por atreverse a plantear una relación lésbica en una película comercial, que se ha estrenado en varios cines del país y que la veran cientos de miles de personas. Por lo de pronto, la reacción del público está siendo buena, especialmente, claro, la de la comunidad LGBT. La película, además, no podría haber llegado en mejor momento: dos meses después de que el Tribunal Supremo de la India dictaminara mantener la ley que criminaliza la homosexualidad. Sin duda, un gran paso para Bollywood. Ahora, a ver para cuándo su homóloga masculina…