Seguro que esta historia te suena: por fin te has decidido a salir del armario con un amigo, conocido o familiar (hetero). Estás decidida a contarle que te gustan las mujeres y aunque tienes claro que se lo va a tomar bien, después de haber recapacitado mucho sobre tooooodas las posibles respuestas que te podría dar… lo que finalmente te ha dicho… bueno, que no es lo que tú esperabas escuchar. Y por eso aquí os dejamos 10 cosas que nadie desea escuchar cuando sale del armario, unas porque ya están un poco trasnochadas, otras porque son… para ir a comprar un marco al Ikea y enmarcarlas.
1. ¡LO SABÍA!
Siempre hay un listo, un premio nobel, un doctorado cum laude, un pitoniso Lolo que, ¡sorpresa!, lo sabía incluso cuando tú no tenías ni la más remota idea de qué te pasaba por la cabeza. ¿Cómo es posible que lo que tu llevas meses (o más) dándole vueltas, él ya fuese consciente? ¿Y por qué no te lo dijo? Hubiese sido de gran ayuda si un día te hubiera contado: Amiga mía, tú eres croqueta.
2. “Mi amiga íntima del colegio también es lesbiana”
Esta es una respuesta muy típica cuando sales del armario. Es el recurso más usado por un hetero común para demostrarte su apoyo. Acto seguido siempre te cuentan obra y milagros de su amiga -la- lesbiana, con la que hace años que no se habla, pero a la que misteriosamente guarda mucho cariño, y que tiene pareja estable y acaba de adoptar un precioso niño de Somalia y son muy felices en el pisito que se han comprado a las afueras de Móstoles o por lo menos eso es lo que leyó en su Facebook la última vez que le echó un vistazo. Que sí, que podría ser peor. Te podrían haber dicho algo así como “menudo asco, fuera de mi vista, ¡cochina!”, pero la realidad se impone: a ti te importa una mierda muy poco el legado de su amiga -la- lesbiana (la única que conoció en su vida hasta que llegaste tú para hacer plural), porque aunque no lo parezca las croquetas no formamos parte de una sociedad secreta. Ni todas nos conocemos, ni queremos hacerlo, de verdad.
3. “¿Cuándo lo decidiste?”
Lo decidí exactamente entre que escogía la camiseta y el vaquero de hoy, a las 7:58 me sentía más lesbiana que a las 7:57. ¿Pero cómo que cuando lo decidí? No, no, esto ni se decide como si fuera un postre ni se cambia como un producto defectuoso. A todo esto, ¿tú cuándo decidiste que eras hetero?
4. “Ah… ¿te has fijado en lo bonitas que tengo las plantas?”
¿Y tú has escuchado lo que te acabo de decir? ¿Para esto me he pasado los últimos tres meses dándole vueltas a cómo te lo iba a contar? ¿Para que me cambies de tema como si nada? Está muy bien ir de progre por la vida y comprar todo lo hipster que encuentras en el mercado de Fuencarral, pero lo de tener una conversación de ascensor (¿hace frío o calor?) cuando te acabo de revelar algo super importante para mí, resulta muy deprimente. Menos todo lo anterior, ¡di algo!, lo que sea.
Propuesta: “Oh, ¿entonces a ti también te parece que está buena Laura Prepon?”
5. “¡Pero si no lo pareces!”
Eso es porque es horario laboral voy camuflada. Normalmente por las noches me quito la peluca para mostrar mi rapado al cero, me pongo una camiseta blanca de tirantes que muestre mi tatuaje en el brazo de “Amor de croqueta” y salgo a las calles en busca de damiselas desvalidas a las que arrastrar a mis aposentos.
6. “Oh, dios, y yo todo el rato hablándote de tu novio… ¡Me siento fatal!”
Peor me sentía yo cuando diste por sentado todo este tiempo que tenía novio, no te jod… eehh… ¡Sorpresa! Las apariencias engañan. Dejemos los estereotipos de lado.
7. Abrazo terminal
— No, es que… bueno, soy lesbiana.
*Y en ese momento, sus ojos se empañaron como nunca antes. Se acercó y la estrechó entre sus brazos, consciente de que nada volvería a ser como hasta ese momento. Mientras, la croqueta ALUCINABA y se preguntaba si había sufrido un lapsus mental y había dicho que padecía disentería e iba a morir esa misma tarde*
8. “¡Ahora lo entiendo todo!”
Pablo, también llamado “el lince” fue el que, en una fiesta, te encontró enrollándote con Marta. Pero has tenido que aclararle, con todas las letras, que tú eres l-e-s-b-i-a-n-a. Después de tres gráficos y dos presentaciones de power point, por fin lo ha entendido. ¡Un hurra por Pablo!
9. “¿Pero seguro?”
Seguro en esta vida solo es la muerte y la permanencia de Jordi Hurtado en Saber y Ganar, pero recapacítalo durante unos segundos: ¿cuántas personas conoces que vayan por ahí diciendo que son lesbianas si no lo tienen claro? Si alguien ha llegado al punto de contártelo, es muy probable que sea después de haberlo consultado con su almohada durante mucho tiempo.
10. “¿Por qué no me lo dijiste antes?”
Porque no coincidió, porque no éramos tan amigos, porque tenía miedo, porque no era el momento, porque ese día no me tomé los Special K, porque la vida es así y a veces se necesitan dos copas de más… cada uno tiene su momento, su tempo, no es falta de confianza ni algo personal contra ti, las cosas llegan cuando llegan, como lo hace la primavera en El Corte Inglés. Así que chillax, y recuerda, queridx heterosexual: seguro que ella está más nerviosa que tú. Sé feliz 🙂
Escrito por Marca de Fábrica y Emma Mars