Hay ciertos directores en la historia del cine a los que, rápidamente, asocias un tipo de películas, sus películas, que tienen unos rasgos muy determinados. Es el caso de Woody Allen, maestro de las comedias urbanas ambientadas en Manhattan, y de Alfred Hitchcock, genio del cine negro. Si unes en una coctelera los dos estilos, añades algo fresco y actual, y agitas muy fuerte, el resultado es Wild Canaries, la última película de Lawrence Michael Levine, que nos da alegrías por partida doble. Porque claro que nos gusta el buen cine, pero todo sabe mejor si lo acompañan unas croquetas.
La película cuenta la historia de Noah (el propio Lawrence Michael Levine) y Barri (Sophia Takal), una feliz pareja que empieza a meterse en una espiral de paranoia cuando un vecino desaparece. A partir de ahí se suceden los enredos, y como si fuese la patrulla de Scooby Doo, salen de la rutina aburrida de sus vidas para, directamente, ponerse a investigar un misterio. ¿Misterioso asesinato en Manhattan? Ya veremos.
La pareja protagonista está acompañada por sus respectivas mejores amigas. Barri, de Jean (Alia Shawkat, Arrested developement, y de quien no hemos tenido ocasión de comentar su baile en el lado croqueto de la vida en Broad City), quien vive con su novia, y con quien Barri tiene un negocio a medias. Por su parte, Noah se apoya en Eleanor (Annie Parisse), su ex novia y también compañera de negocios, quien lo abandono por estar con una mujer. Lesbians everywhere.
Más allá de que el elenco esté poblado de personajes lésbicos, sí creo que esta es una buena película, de esas de misterio inocente pero entretenido, que está pasando más desapercibida de lo que debiera. Después de su paso por el circuito de festivales, e ha estrenado en algunos cines de Estados Unidos, pero dudo que sigan promocionándola ahora que la han lanzado en VOD. Si tenéis la oportunidad de verla, no la dejéis pasar.
Vía: IW