Decepción. Es la única palabra que se me pasa por la cabeza después de los dos grandes batacazos que Carol se ha llevado esta semana. Primero, en los Globos de Oro, y después en las nominaciones de los premios Oscar. Cinco categorías vieron perder a la historia de Todd Haynes en los Globos, unos premios que sorprendieron a propios y extraños. Pero pese a ello, todavía es más flagrante la ausencia de Carol en las categorías principales de los Oscar: ni siquiera le han dado la oportunidad de competir.
La Academia de las artes y las ciencias cinematográficas, el organismo que entrega el premio, sí ha reconocido a Carol en varios ámbitos técnicos, como Mejor diseño de vestuario o Mejor banda sonora, como también el trabajo de Rooney Mara y Cate Blanchett. Pero el premio gordo, la candidatura a Mejor película, así como Mejor dirección, ha pasado de largo con este drama de época.
Todos los medios se han hecho eco de esta ausencia, algo totalmente inesperado ya que desde el mismo momento en que se estrenó en el Festival de Cannes se dio por hecho que iba a ser una de las revelaciones de la temporada. Sitios como Variety se preguntan si la película es demasiado gay como para estar nominada, lo mismo que Vulture, que añade además lo que a mi juicio es la base de todo, la ausencia de historias masculinas.
No es que la historia sea demasiado lésbica y no conecte con los votantes, en su mayoría hombres blancos de más de 65 años. Es, simplemente, que la historia no les interesa porque no salen hombres. No es homofobia, es machismo. Si se trata de conectar, dudo que alguno de los votantes haya estado sobreviviendo en el bosque, o en Marte, y sospecho que alguno habrá estado enamorado alguna vez.
Brokeback Mountain estuvo nominada a Mejor Película, y también, por ejemplo, Los chicos están bien. Las dos se llevaron los Globos de Oro a Mejor película en los años de su estreno. ¿Es peor película Carol que alguna de estas dos? ¿Es menos gay, acaso? Además, ¿es peor película Carol que alguna de las que sí están nominadas este mismo año? Y, además, ¿dónde está Lily Tomlin, alabada hasta el infinito por su interpretación en Grandma? ¿Y Freeheld? ¿La chica danesa ha recibido el reconocimiento que debiera? ¿Y Tangerine? ¿Por qué no han reconocido la actuación de Charlize Theron en Mad Max?
Está claro que no pueden premiar a todo el mundo, y que nunca va a llover a gusto de todos, pero al final la sensación que nos queda es la de siempre, la de que las lesbianas y bisexuales no nos merecemos un final feliz, solamente un premio de consolación. Veremos si Cate y Rooney se llevan la estatuilla a casa, si al final todos los premios son técnicos, o si ni siquiera eso. Creíamos que iban a ser los Oscar más lésbicos de la historia y, al final, ha sido más de lo mismo.