Vis a vis nos ofrece en cada episodio muchas, muchas cosas, y sobre todo mucha tensión. Todos los jueves nos encontramos con hora y media espídica, en la que pasan infinidad de acontecimientos que nos dejan pegadas a la silla y con ganas de más. Pero si había algo que echábamos de menos, como no podía ser de otra manera, eran escenas de croqueteo. Escenas de verdad, en primer plano, no dos reclusas anónimas en el fondo del patio que se tocaban un poco la cabeza. Nos vendieron en el primer episodio que en esa prisión había multitud de relaciones entre mujeres, pero por alguna extraña razón no nos las han querido enseñar… hasta ayer.
Macarena está en una situación difícil en Cruz del Sur, con un médico que la acosa, con Anabel reclamándole deudas mientras amenaza con cortarle los pezones, y con Zulema jugando a un doble juego que nos tiene a todas un poco locas. Lo que precisamente no le sobran son amigas. Y ese es el papel que cumple La Rizos, el de confesora y apoyo de la protagonista. En el episodio de ayer noche, la morena le daba la clave a Maca para salir de prisión: La prueba de ADN de su bebé. Una idea buenísima que a ella no se le había ocurrido. En agradecimiento, Maca la colma a besos. Besos… amistosos. Con mucho entusiasmo, pero sin ánimo de nada más.
El caso es que, quizá por la situación, con las dos tumbadas en la cama, con las luces apagadas, la cárcel en silencio, Rizos que está loca por Maca, Maca que está medio sola… una serie de factores, la cosa fue un poquito a más. Que si un beso en el cuello, que si ooootro beso en el cuello, una mano que después no podrá ir al pan, otra mano que se desliza debajo del pantalón del pijama… Y Maca que se arrepiente y le dice a su amiga que no puede.
Esto, sorprendentemente, es interpretado por la otra como un “vale, pues no te muevas, que yo me encargo de todo”, y se pone, nunca mejor dicho, manos a la obra. Un par de gemidos después, Maca le vuelve a decir que no, que pare, que no puede. A ver, si es que ya te lo ha dicho antes, que no está cómoda, ¿qué haces metiendo la mano donde no debes? Suerte que no te has llevado un grito, creo.
El caso es que la cosa no queda aquí: La Rizos es una de esas mujeres a las que no les gusta dejar nada a medias, y cuando su amiga está dormida, decide terminar el trabajo por si misma. He de confesar que casi se me caen los ojos de las órbitas cuando vi que se estaba tocando con Maca durmiendo inocentemente al lado. A ver, es una cárcel, pero no es la selva. Quizá no sea el momento adecuado. Digo yo, ¿eh? Rizos, te has pasado quince pueblos. Y eso es precisamente lo que le echa en cara la rubia al día siguiente, cuando le dice que ha sido al experiencia más estrambótica de su vida, mientras la otra intentaba quitarle peso. Personalmente, me parece una situación super violenta, suficiente para enfadarte con alguien. En un giro loquísimo de la situación, resulta que los tres segundos de masturbación han sido suficientes para que Rizos le haya pegado a Maca una ETS. Lo que nos faltaba ya.
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De todos modos, parece que los acontecimientos de este episodio no van a suponer ninguna fractura en su amistad, y lo que es más, va a a producirse un acercamiento, según hemos podido ver en el avance de la semana que viene. Que se van a enrollar salvajemente en el próximo episodio, vaya. ¿Y quién va a estar ahí para verlo? Pues nosotras, claro, que no nos perdemos la serie por nada del mundo.