Hace poco se hablaba en HULEMS de un ya casi clásico del cine lésbico: Fucking Amal, una cinta sueca de 1998 sobre la adolescencia en la que la homofobia campaba a sus anchas. Pojkarna (o Lost Girl), una producción también de Suecia pero del año 2015, se adentra también en la complicada etapa de la adolescencia y retrata, como su vecina, la homofobia y también la transfobia en un instituto sueco, sirviéndose de la ciencia ficción para explicar el proceso de aceptación de una joven trans con su yo interior.

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Kim, Momo y Bella son las tres mosqueteras de este filme de la directora Alexandra-Therese Keining, que nos ha dado cintas como Kyss Mig. Las jóvenes amigas tienen que hacer frente al acoso verbal y físico por parte de sus compañeros del centro ante la vista gorda de los profesores. Momo quiere tener una relación con Kim, mientras esta siente como una cremallera que no se atreve a abrir pero que si lo hiciera descubriría que no es la persona que cree ser, y Bella tiene que hacer frente a un padre depresivo tras la muerte de su madre. En esa complicada realidad y con la intolerancia de sus compañeros como telón de fondo, las tres amigas se preguntan cómo sería ser un chico, cómo cambiaría sus vidas si fuesen del otro sexo.

La ciencia ficción se encarga de que la incógnita se convierta en un dicho y hecho: Bella, que se ocupa del invernadero de su difunta madre, encuentra una extraña semilla que, tras una noche, se convierte en una planta negra cuyos frutos convierten a las tres mosqueteras en los tres mosqueteros. Con golpes de humor, como la extraña sensación de mirar bajo el pantalón y encontrarse un pene, Pojkarna inicia el viaje de Kim, Momo y Bella quienes, durante unas horas y hasta que se duermen, se convierten en calcos masculinos de sus yo.

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Pronto Kim se da cuenta de que cuando esta en su avatar masculino siente como si esa cremallera que le oprimía se hubiese abierto, y en lugar de sentirse fuera de lugar, consigue sentirse simple y llanamente bien. Momo y Bella disfrutan brevemente de su apariencia masculina, y menos cuando ven que Kim chico se convierte en una persona mucho más egoísta, gamberra y vándala que lo que es cuando es mujer. Pero, en el fondo, Kim tiene cierta justificación: cuando es un chico puede estar con Tony, un desvergonzado compañero del que se siente claramente atraído, pero a quien nunca se había atrevido a acercarse cuando es Kim chica. Todo ello ante la dolida mirada de Momo, que quiere a Kim como persona, con  independencia del sexo en el que va transicionando a lo largo de la película.

Una cinta dramática a ratos psicodélica sonora y visualmente, con creíbles actuaciones de las jóvenes, Tuva Jagell, Louise Nyvall y Wilma Holmen y de los actores que encarnan a sus yo hombres, para retratar esa heteronormatividad aún reinante en los estratos más jóvenes de la sociedad. Kim, Momo y Bella no encajan en las férreas normas de lo que es “normal” en el instituto, y su ficcional y vertiginoso viaje de exploración y autodescubrimiento, sobre todo el de Kim, pone en evidencia las carencias del sistema. “Si no sabes aceptar lo diferente, esta historia no es para ti”, reza un cartel en los primeros fotogramas de la producción, y lleva toda la razón.

Pojkarna compite en la Sección Panorama de la 21 edición del LesGaiCineMad, y todavía se proyectará en dos fechas en este festival madrileño: el 8 de noviembre en el Teatro Auditorio Federico García Lorca de Getafe y el día 12 en la Sala Azcona de la Cineteca del Matadero.

 

 

 

 

 

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