
Cuando hablo de programas, hablo desde los magazines diarios que hablan del corazón hasta la telerrealidad más evidente. Es ahí donde, en los últimos años, y sobre todo en los últimos meses, hemos apreciado una mayor apuesta por la diversidad y por la naturalidad, tratando las relaciones de personas LGBT del mismo modo que las heterosexuales.

Por el programa han pasado lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexo, asexuales, y seguramente alguna identidad más que se me haya escapado. Por supuesto, también hay personas cisgénero heterosexuales, y son las más abundantes, ya que salen a diario. Pero el programa no hace ninguna diferencia a la hora de narrar cómo van las citas de unos y otros, haciendo gala de una naturalidad que resulta refrescante en la parrilla televisiva.

Muchas veces, las personas que usamos internet a todas horas vivimos en una especie de burbuja en la que, como podemos elegir lo que ver y a quién seguir en determinadas redes sociales, podemos pensar que todo el mundo lo hace. Y ni mucho menos. Hay personas, sobre todo de cierta edad, que pasan olímpicamente de Netflix (o ni entienden su funcionamiento), y lo que quieren es poner la tele y ver algo que les entretenga, algo que les haga reír, o algo con lo que pasar el rato sin más pretensiones.
First dates consigue aunar a 1.700.000 espectadores de media todos los días. Ese más de millón y medio de personas ve a diario cómo una persona transgénero, por ejemplo, se comporta de igual manera que cualquier otra persona del programa. Y eso, amigas, es mucho más poderoso que otras cosas que pensamos que lo pueden ser. Los prejuicios son la primera barrera, y la más grande, con la que nos encontramos las personas LGBT, son la base de la discriminación, y la excusa más usada para que nos diferencien de los demás a nivel social y de derechos.
Pero no sólo First dates está haciendo una labor impagable. Uno de los programas más vistos de la televisión es Sálvame, el magazine del corazón que presenta a diario un hombre gay, y que cuenta entre sus colaboradoras con una mujer bisexual, Chelo García Cortés, a la que siempre que pueden le preguntan por su esposa, igual que a otros les preguntan por las suyas respectivas. Sálvame junta a más de dos millones de personas a diario delante del televisor, y en los últimos días está teniendo un papel controvertido con un asunto en particular: la muerte de Cristina La Veneno. Digo controvertido porque mientras están tirando de barro en algunos aspectos, hay otros que me parecen extremadamente positivos, como es la postura de Kiko Hernández y Kiko Matamoros a la hora de hablar de ella. Mientras la presentadora se dedica a decir memeces sobre sirenas, ellos hacen gala de un lenguaje inclusivo y de un respeto hacia todas las mujeres trans que es digno de mención.
También Antena 3, con su programa El amor está en el aire, mostró una historia de amor entre dos mujeres en su primera emisión. Este programa, ya retirado por la caída de sus audiencias, también mostraba relaciones LGBT en su web.
Hay muchos más programas que incluyen a personas LGBT: Alaska y Mario, Gran Hermano, Mujeres y Hombres y Viceversa, La voz… Y, sin más guión que ellos mismos, estas personas son quizá la mejor baza para nuestra visibilidad.

