Nos prometieron que Rogue One sería feminista. No lo es tanto como El despertar de la Fuerza, ni Jyn es la nueva Rey, pero es lo suficientemente feminista como para haber molestado a los seguidores de Trump y a ese sector de señores quejicas que lloriquean porque las mujeres no dejamos de arruinarles la infancia arrebatándoles sus franquicias favoritas.
Aunque el cast, aún siendo diverso, es predominantemente masculino y a Jyn la tienen que sacar sus compañeros masculinos de algún apurillo (seguro que gracias a este pequeño detalle, no la llaman Mary Sue, como le colgaron a Rey), sigue siendo quien lleva la voz cantante en la trama, es fuerte, es capaz y es la leche. En Rogue One, es la chica la que termina salvando el día, da esperanza a toda una galaxia, lo que no es moco de pavo, y pone la primera piedra del plan que, en un futuro, permitirá derrocar al poder opresor.
Si en el episodio VII Rey molestó, Jyn no iba a ser menos. ¿Otra chica salvando la galaxia? Si eso es cosa de hombres. Star Wars es ahora propaganda feminista. No es realista que haya mujeres en el espacio. Las mujeres no pueden sobrevivir allí, lo dice la ciencia. Además, pensemos en los niños, por favor. Si es una chica la protagonista, cuando ellos quieran jugar a La guerra de las galaxias, ¿qué personaje imitarán? ¿En quien se sentirán reflejados? ¿A Kylo Ren? No, al malo no. ¿A Finn? ¿A Poe? Muy secundarios. ¿A Rey? ¿A Jyn? ¿A una chica? Quita, quita. ¿Es que en serio nadie va a pensar en los niños? Pobrecitos ellos, que no tienen suficientes pelis de hombretones haciendo cosas chachis al año y claro. En las niñas ya pensaremos otro día. Si eso. Que parece que siempre viene mal.
Pero no, pensemos esta vez en ellas. En como los personajes femeninos aparecen sometidos, como trofeo del héroe, sexualizados o como algo tan secundario que pinta poco y que, si lo pinta, es alrededor del protagonista masculino. Pensemos en la imagen que se les proyecta de lo que deben ser. Pensemos un poco más, y ahora hagámoslo sobre el bajo número de personajes femeninos que existen, y en el número todavía más bajo de los que rompen los moldes establecidos por el heteropatriarcado, de esos que les dicen que ellas también pueden ser, si quieren, una superheroína como Wonder Woman, ponerse un equipo de protones como Las cazafantasmas, pelear contra alienígenas y proteger la ciudad como si vinieran de Krypton o, por qué no, robar los planos de la Estrella de la Muerte para destruir al Imperio o luchar contra el lado oscuro de la Fuerza. No son tantos, ¿verdad? Pues dejemos de joder y empecemos a pensar en ellas.