First girl I loved quiere, pero no puede. La película, escrita y dirigida por Kerem Sanga y presentada en Sundance, donde recibió el premio de la audiencia, no está a la altura de las expectativas creadas. Nos prometía una interesante película coming of age croqueta que eludía convencionalismos, pero se ha liado de mala manera y el resultado es desastroso.
La cinta, con tres personajes principales, Anne, una estudiante de instituto a punto de enamorarse por primera vez en su vida, Sasha, la chica que le gusta, y Clifton, su mejor amigo, es un retrato de la confusión adolescente y de un primer amor, dulce y doloroso, que naufraga a la hora de llevar la historia a buen puerto.
Con unas actuaciones que podrían calificarse de buenas, es lo que más vale la pena destacar, con especial mención a Dylan Gelula, a quién conoceréis de Unbreakable Kimmy Schmidt, que nos muestra a una insegura Anne que tiene que lidiar con la aceptación de su sexualidad, tanto por ella como por los demás, y a Brianna Hildebrand, Sasha, una adolescente en conflicto por lo que quiere y lo que los demás quieren de ella.
Pero las actuaciones por si solas no pueden hacer todo el trabajo, y más cuando no hay mucho que rascar en los personajes y la trama tiene un desarrollo flojo. Optar por una narración no lineal tampoco es que haya sido especialmente un acierto, más bien todo lo contrario. Los flashbacks y los flashforwards que vuelven una y otra vez sobre escenas claves para entender a los personajes consiguen justo lo contrario a lo que buscan, frenan el dinamismo de la historia y son un engorro para seguirla.
En resumen, First girl I loved no cumple a ningún nivel y nos ha dejado con las ganas.