Antes de nada empezaré diciendo que Las estrellas son legión también es ampliamente conocido como Lesbianas en espacio por la reseña negativa de un señor al que le molestó muchos tener a tantas lesbianas siendo lo más guay del mundo en su libro. A Kameron Hurley le hizo gracia, le siguió el juego, y aquí estamos, con una edición limitada y agotada en España que llevaba ese por título en una sobrecubierta.
Nuestras lesbianas principales son Zan y Jayd, quienes se reparten los capítulos para que podamos ver y conocer qué está pasando desde el punto de vista de cada una. La primera es una soldado, sin ningún recuerdo de lo sucedido, le dicen ser la única esperanza para salvarlos. La segunda, es la hija de la mandamás de la nave/mundo que hace todo lo posible por mantener en secreto todo lo que sabe. Jayd está también dispuesta a todo para salvar a su gente, los Katarzyna, y llevando a cabo su plan, los resultados resultan inesperados.
Los monstruos no viven en el interior del mundo como dicen. Los mundos viven dentro de nosotros. Nosotras creamos los monstruos.
Estamos ante un libro que no es como nada que hayáis leído. Es raro, visceral, violento, épico y… ¿he dicho raro? Secretos, traiciones, guerras entre imperios, amor intergaláctico, genocidios, intrigas espaciales y personajes femeninos. Personajes femeninos a tutiplén, como a mí me gusta. Además de un world-building espectacular que hará las delicias de las fans de la ciencia-ficción, en general, y de las space opera, en particular.
Aunque cada vez menos, encontrar croquetas en la ciencia-ficción no es tarea fácil y podemos equipararlo a buscar una aguja en un pajar. Por eso, un libro como Las estrellas son legión se siente como un oasis en medio del desierto.
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