Hoy me tengo que poner un poco seria con vosotras, chicas. Hoy vengo a haceros reflexionar, o a intentarlo.
No se puede pensar que, por pertenecer un colectivo oprimido, ya somos sensibles a cierto tipo de comportamientos. Entonces, el argumento de “¿Cómo voy a ser homófobo si soy gay?” ya tiene que dejar de ser siquiera algo que digáis para justificaros. Porque sí, amigas mías, todas tenemos interiorizados comportamientos que deberíamos revisarnos.
Partiendo de esa base, vengo a analizar distintos comportamientos heteropatriarcales que reinan en el colectivo LGTB+, más centrado hacia mi experiencia como lesbiana, y que deberían ser erradicados.
Lea os mira con desaprobación
1 – El “Solo busco femeninas” visible en las apps para ligar (que no deja de ser el equivalente a “No busco locas” de las apps para chicos). Esto es plumofobia, es rechazar a aquel que se sale de los roles de género, al diferente de la norma. Me parece una situación muy incómoda que le preguntes a alguien si es femenina y, al responderte con un no, le digas que no quieres hablar más. Es como decirle: “Contigo no, que no te pareces a la idea de mujer que la sociedad me ha inculcado”. Y creo que esto es algo que nosotras, lesbianas y bisexuales, debemos revisar.
2 – Las relaciones de poder en una relación de dos mujeres. Es muy habitual que os pregunten “¿Cuál es el hombre de la relación?”, pregunta que deberíamos dejar de hacerle a las parejas de chicas. Sin embargo, es muy normal ver parejas donde una chica sí representa el rol de género de mujer y una chica que es lo totalmente opuesto. Normalmente, este chica que no encaja en el rol de género suele tener una personalidad dominante respecto a la chica que sí sigue los roles de género. He conocido lesbianas que no siguen los roles de género y que a su vez son machistas, no participan en las tareas domésticas y se creen con poder sobre su pareja. El mismo esquema heteropatriarcal se repite en una relación entre dos mujeres criadas en una sociedad heteropatriarcal. Vaya sorpresa…
Estas nos gustan más
3 – El amor Disney y las relaciones tóxicas. El amor Disney, como concepto, debería ser acuñado si no se ha hecho ya. Para mí, representa el amor envolvente, autodestructivo y tóxico. Es ese amor que abarca todos los ámbitos de tu vida, te asfixia y que te deja sin respiración. Después, cuando ese amor termina, crees que es el final de tu vida, que no encontrarás la salida. El hecho de que las personas LGTB+ busquen el amor de su vida, busquen un amor que las rescate de la vida que tienen es una muestra de que nos hemos traído a nuestro territorio el concepto de las relaciones de amor como una relación tóxica. El amor nunca será la solución a todos tus problemas.
4 – Los celos. Esto está íntimamente relacionado con el punto anterior. Pensar que una persona te pertenece es otro comportamiento que deberíamos erradicar. No importa si eres heterosexual o LGTB+, nadie te pertenece ni deberías hacer sentir a una persona que es de tu propiedad. Y, por esta razón, esa persona no te debe nada ni debe sentirse obligada a nada. En algunos libros, se legitiman los abusos entre chicas e incluso chicas en la vida real sienten que tienen la obligación de tener relaciones sexuales con su pareja, como si fuera su obligación.
Por todo esto, es necesaria la deconstrucción. Pensar que por ser lesbiana, gay, bi, trans o un largo etc. estás extento de comportamientos heteropatriarcales es un grave error. Te has criado en una sociedad heteropatriarcal, ¿de verdad te crees tan ilusa de pensar que, el día que saliste del armario, se te borraron de la cabeza todos esos comportamientos que habías ido adquiriendo con el paso del tiempo?
Por esto, es necesario que revisemos qué relaciones queremos forjar entre nosotras y rompamos con lo que nosotras mismas hemos creado: la homonorma. El colectivo no ha sido nunca blanco o negro (pst, os recuerdo que nuestra bandera es el maldito arcoiris). Dejemos que todo entre en el colectivo, lo que sigue las normas y lo que no, y no les cerremos nunca la puerta.