Hola croquetas,
No es la primera vez que tengo la oportunidad de aparecer por estos lares, ya que tuvieron la gentileza de reseñar mi novela cuando aún estaba dando mis primeros pasos en este mundo (gracias, por cierto); pero hoy va a ser diferente. Hoy me han cedido un espacio, para que pueda hablaros directamente, sin filtros ni tapujos, para que encontremos historias que contarnos mutuamente.
Quiero empezar este escrito dando las gracias porque sois vosotrxs lxs que habéis conseguido elevarme hasta aquí. Porque está muy bien que yo sea la autora, está muy bien que la editorial se encargue de haceros libros, está muy bien que la distribuidora os los haga llegar donde sea y está muy bien que los libreros os lo entreguen con una sonrisa, pero, simple y llanamente hablando, ninguno de nosotros habríamos llegado a ningún sitio si no fuese porque creéis en mis novelas y queréis leerlas.
Así que GRACIAS. Gracias por vuestro apoyo, por todas y cada una de las palabras que me habéis regalado; por las horas de sueño que os he robado; por las sonrisas, los enfados y las caras de sorpresa e incluso por algún que otro sofoco, que he podido leer entre líneas (no intentéis engañarme ahora).
Hace dos años y medio que empezó esta aventura, con Mis besos no son de cualquiera. Recuerdo ese Sant Jordi con mucho cariño. El primero al otro lado del escenario. El primero donde los tranquilos paseos se transformaron en carreras de una parada a otra, en llamadas urgentes para pedir más libros, en nervios porque se habían agotado. Fue una locura preciosa y un inicio de trayectoria espectacular.
A partir de ahí, todo ha ido cuesta arriba, pero de las buenas. De esas que te permiten ir descubriendo mejores vistas cada vez. Un poquito más alto donde el aire cada vez es más sano… y yo sin saber que podía subir tanto.
He hecho presentaciones que se han llenado de gente, con ese calorcito que te arropa fuerte. Y cada vez creciendo más, llegando más lejos. Porque si vosotrxs podéis recorrer cientos de kilómetros para verme, ¿quién soy yo para hacer algo distinto?
He tenido el placer de ver una de mis novelas en televisión, de la mano de Mercedes Milà, en Convénzeme. Me llevé una Z verde y montón de sensaciones preciosas. Porque si mis palabras logran ayudar a alguien, merece la pena TODO.
Conseguisteis que hubiera una segunda parte, sí sí, vosotrxs, porque yo no tenía intención alguna de escribirla, pero la queríais, os la merecíais y fue un auténtico regalo conocer más a Sara, a Nicole y a Kim en Un te quiero de repuesto.
Y ahora me estáis pidiendo una tercera parte y quiero deciros que también voy a hacerlo (sé que me presionáis con amor, pero estoy en ello).
Y, ¿por qué?
Porque esto va de EMOCIONES. Va de las mías cada vez que me escribís y de las vuestras al leerme. Va de atrevimientos al explicarme vuestros casos, va de valentía al afrontar las situaciones, va de sentimientos cuando algo os toca la fibra, va de vivencias que es inevitable comparar, va de recuerdos, de anhelos, de sueños.
Me gusta que veáis en mis letras una salida, que encontréis en los personajes el valor que os falta, la motivación de cambiar, la naturalidad para ser felices.
(Si os interesa este tema, podemos hablar sobre ello la próxima vez. Enviadme vuestras dudas a cualquiera de mis redes sociales)
Recordad: Vivir con miedo es morir poco a poco, es perder la risa, es hundirse en lodo. @mg_papers
Así que quereos más, portaos mal y Feliz Navidad.
Marta Garzás
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