
La psicóloga Paula Alcaide lo resumía perfectamente en su página web: «En todos los años que llevo ejerciendo como profesional, son principalmente dos las ramas en las que puedo clasificar las inquietudes de mis pacientes. En primer lugar, todas aquellas situaciones relacionadas con ser lesbiana o bisexual, y la aceptación de este hecho por parte de quien acude a terapia, o del entorno, y también la terapia de pareja en aquellas que están formadas por mujeres».

¿En qué situaciones específicas puede verse envuelta una mujer lesbiana o bisexual que requiera que acuda a una psicóloga? Confusión o miedo por la idea de tener una orientación sexual no heterosexual, miedo a salir del armario en todos o alguno de sus círculos sociales, ansiedad derivada de la presión familiar, homofobia interiorizada o negación de la orientación sexoafectiva, o secuelas producidas por la búsqueda de terapias de conversión.
Por otro lado, las parejas formadas por dos mujeres que busquen terapia para trabajar sus problemas tienen también necesidades específicas que una profesional LGBT puede atender de manera más específica. Por ejemplo, aquellas en las que una de las dos haya salido del armario, mientras que la otra oculte su orientación sexual, y por tanto su relación, presentan unas características y unas necesidades diferentes a otro tipo de parejas con otro tipo de problemas.
En definitiva: a la hora de buscar una psicóloga que te atienda de manera solvente, y con la que te sientas cómoda, resulta imprescindible que te comprenda de un modo integral. Y, como bien hemos resaltado, que haya pasado por las mismas experiencias que tú resulta de gran ayuda.

