Me he enganchado a una telenovela mexicana llamada Amar a muerte
Sí, sí, como lo oyes, TELENOVELA, como cuando veíamos en España Cristal, o La dama de rosa. Me aventuro a confesar que me enganché a Betty la fea. Con esto quiero dejar clara mi tendencia a dejarme embaucar por las series, y mis escasos prejuicios y esnobismo. Y es precisamente de la ausencia de prejuicios de lo que quiero hablar al confesaros este “enganche”.
Contexto telenovelesco
Amar a muerte se emite de lunes a viernes a las 21.30 horas en el Canal de las Estrellas, perteneciente a Televisa. Tiene un argumento estrambótico de transmigración de almas mezclado con una trama política, un crimen entre lo pasional y el golpe de estado y una guerra abierta a los prejuicios sociales y sexuales.
La trama es curiosa: tres hombres mueren en el mismo momento y resucitan en el cuerpo de otros, así, el principal protagonista, Leon Carvajal, el dueño de la principal empresa de comunicación de México, es asesinado el día de su boda y su alma transmigra al cuerpo de “El chino” Valdés, un sicario de San Antonio (Texas). Las labores de investigación se entremezclan con las vidas de los hijos e hijas de los transmigrados. León tiene tres hijos, Eva, la mayor, protectora y celosa de su familia, bastante convencional; Guillermo, el hijo que no soporta el papel asignado de heredero del imperio Carvajal; Y Valentina, la pequeña, universitaria. Por su parte, “El Chino”, tras robar a una banda de narcos, provocará que su mujer, Lupe y su hija Juliana, estén huyendo constantemente de la banda de narcos que quiere recuperar su dinero y creen que Lupe y Juliana saben el paradero de “El Chino”. El tercer hombre en discordia es Beltrán Camacho, un profesor universitario en el que transmigra el alma de “El Chino”.
Con todo el culto a la muerte que tienen en México, como veis, la historia da para engancharte solo con ese trasiego de almas y cuerpos.
Pero vamos a lo importante: JULIANTINA
¿Qué es lo que me ha cautivado de todo esto? Que por fin, ni más ni menos que en Televisa, en horario de máxima audiencia, en un país en donde las telenovelas tienen tanta influencia en la sociedad han decidido contar la historia de una relación entre mujeres. Son personajes secundarios en la trama, sí, pero Juliana y Valentina, Juliantina como se conoce en el fandom, se han convertido en toda una revolución en Latinoamérica, en donde hace mucha falta referentes LGTBI en la televisión.
Y lo que más me está gustando, a parte de las actrices, obviamente, es la naturalidad y delicadeza con la que están contando la historia, llena de detalles y de emotividad. No quiero destripar nada, para quienes no hayáis visto, pero la química entre las actrices es una bomba y el tratamiento de la historia que pasa de la amistad al amor, está siendo exquisito, sin morbo fácil y con muchas ganas de ser un caballo de Atila llevándose por delante a prejuiciosos homófobos. Obviamente hay dificultades en su relación, es una telenovela, pero me ha sorprendido gratamente la evolución y lo bien definidos que están los personajes, así como los muchos apoyos que encuentran en muchos de los otros personajes. Toda una intención didáctica que, esperemos, de frutos.
(es difícil encontrar resúmenes de ellas sin música, por lo menos esta es la canción que sale en la novela)
A falta de unas semanas para terminar la telenovela diré que se trata de una de las parejas de referencia en Latinoamérica, pero no me quiero aventurar y prefiero esperar al final completo para terminar de redondear mi opinión.
.- Aída Cordero es Doctora en Comunicación Audiovisual y fan del cine de terror. Puedes seguirla en su Twitter o su Instagram.