Charlotte (Allison Williams, Girls) es una brillante cellista que ha dedicado todo su esfuerzo a ser la mejor. O, al menos, esa era su vida antes de que su madre enfermara y ella tuviera que cuidarla. Diez años después, vuelve de nuevo a la academia de música de Anton (Steven Weber), su mentor, y ahí conoce a la chica que ella podría haber sido: Lizzie (Logan Browning). El éxito personificado. La perfección. Las dos mujeres descubren pronto que su rivalidad tiene visos de atracción. Pero, ¿hay algo más detrás?
The perfection, estrenada la pasada semana en Netflix, es el resultado de poner en una coctelera Funny Games, Cisne Negro, Get out, The Handmaiden y The Keepers. Todo agitado, bien revuelto y, aún con todo, imprevisible. Me resulta imposible hablar de la película sin ahondar en detalles específicos de la trama, pero sí diré que cada uno de los episodios en los que está dividida es más sorprendente que el anterior. Cuando crees que algo que ha pasado es súper fuerte, descuida, porque algo mayor viene detrás.
Hay venganza. Hay celos. Hay traumas pasados. Hay amor. Hay cosas que no sabes ni lo que son, pero ahí están. Hay sorpresa. Hay justicia. Hay planos en los que te quedarías a vivir de lo bonitos que son. Y hay dos muy buenas interpretaciones, las de las dos protagonistas. Tanto Allison Williams como Logan Browning están maravillosas en sus papeles, y, además, están guapísimas.
La película, que muy fácilmente podría haber caído en el ridículo más absoluto, consigue mantener tu atención (o, al menos, a mi me sucedió) durante sus noventa minutos, en los que no podrás ni bajar las cejas ni cerrar la boca. Si os gusta el cine de horror (que no terror), y los guiones que nunca son lo que parecen, no os perdáis esta película. De verdad. Súper recomendable.