Curioseando dentro del interesantísimo catálogo de películas que tiene Filmin, hace unos días nos encontramos con Los amores de Anaïs, una cinta que, a priori, tiene todos los ingredientes para que nos guste. Para empezar, ¿a quién no le va a gustar una comedia ligera, y más con estos calores? Además, contaba con muy buenas críticas, y una de las protagonistas es Valeria Bruni Tedeschi, una actriz a la que hemos podido ver en poquitas cosas, pero que en todas nos había gustado. Y, claro, la sinopsis parecía hecha a nuestra medida: Anaïs es una treintañera alocada que, en busca del amor, se topa con Daniel, un hombre que le lleva muchos años. Pero todo le de un vuelco cuando conoce a su esposa, Emilie. ¿Es o no es una película en la que tú también caerías?
Para nuestra desgracia, la película que nos habíamos montado en nuestra cabeza era infinitamente mejor. No fuimos capaces de conectar con Anaïs y con su deriva, que es dificilmente comprensible. La química entre las protagonistas es… poca, y además su relación sale de la nada. Y, bueno, que no nos gustó mucho. No es una pareja que se vaya forjando a fuego lento, no es algo que surja de la fascinación. Es, o parece, un capricho repentino de alguien que no está a gusto con nada, y además con un toque paternalista (¿maternalista?) que no ayuda a que la sensación sea otra que ‘Dios mío a ver cuando termina esto’. Supongo que estamos mal acostumbradas a las alegrías que el cine lésbico galo nos ha dado en los últimos tiempos, con, por supuesto Retrato de una mujer en llamas, u otros títulos como La belle saison o incluso La Répétition. Si lo que estás buscando es una película lésbica que te satisfaga, tendrás que seguir buscando.