En varias ocasiones te he hablado del gran viaje que tuve la suerte de hacer una década atrás. Lo dejé todo para perderme, durante un par de meses, en una remota isla danesa. Recuerdo aquellas semanas con cariño; por un lado, por todo lo que viví, pero, sobre todo porque me descubrí a mí misma.
Lo que viví fue una suerte de explosión sexual en la que aprendí a tocarme, a excitarme, a disfrutarme. Experimenté la masturbación desde todos los ángulos posibles, y eso que solo me acompañaba un pequeño huevo vibrador a pilas que cada vez tenía menos potencia. Fue mi segundo viaje sola y, desde entonces, siempre he procurado llevarme alguno de mis juguetes para seguir explorando mi placer.
Los viajes son, para mí, pequeños paréntesis en una rutina ajetreada, y me ayudan a crear espacios que sirven para jugar con la creatividad y el ingenio. Me consta que no soy la única a la que le sucede algo parecido, así que resulta evidente que el placer no debería quedarse en casa.
La línea Travel de LELO ha nacido precisamente con este propósito: placer para llevar. Te presenté hace unos meses a su succionador compacto Sona 2 Travel y ahora le llega el turno a Dot Travel, la versión mini de uno de mis favoritos de esta marca sueca, Dot o Dot Cruise.
Por supuesto, Dot Travel tiene lo mejor de Dot: su precisión. Es un juguete diseñado para ofrecer estimulación de alta precisión, de ahí su nombre, “punto”. Esto lo logra con una punta muy pequeña que más bien parece un lápiz dispuesto a delinear cualquier zona de placer. Es firme, pero también flexible para que la sensación contra el clítoris resulte agradable.
Las diferencias con la versión original están, sobre todo, en su aspecto externo. Dot Travel no es mucho más corto de longitud, solo unos 2 o 3 centímetros, pero sí resulta más estrecho y pequeño. El mango de Dot o Dot Cruise con un orificio para agarrarlo se ha sustituido por un mango largo, donde se encuentra la interfaz de la que te hablaré más adelante. Así pues, Dot Travel tiene un aspecto mucho más discreto y ligero, ya que pesa casi la mitad.
Este Dot para llevar, así como sus antecesores, funciona con una tecnología llamada Infinite Loop. Con ella, se puede adaptar el área de estimulación según el ángulo que elijamos: si es más amplio cubrirá una mayor zona de estimulación, mientras que si es más pequeño se volverá más preciso. Esto lo hace un juguete útil no solo para el clítoris, sino también para otras zonas erógenas.
De aquí en adelante, Dot Travel es idéntico a Dot y Dot Cruise. Primero: cuenta con la interfaz Insignia de 3 botones con la que se pueden explorar 8 modos. Con () se puede encender, apagar y cambiar el modo del juguete y con + y – aumentar y reducir la intensidad respectivamente. Si tienes otros juguetes de la marca, el funcionamiento es el mismo, por lo que te resultará mucho más intuitivo.
Estos 8 modos también son iguales en ambos juguetes: primero vibración continua y luego 7 patrones de vibración. Tanto en la vibración continua como en los patrones podemos aumentar o disminuir la intensidad; con lo cual, es un juguete que se adapta a la sensibilidad de distintas vulvas. Tal vez, para personas con extrema sensibilidad, la intensidad más baja resulte demasiado directa. Si es tu caso, te recomendaría un juguete con una vibración más difusa, como es el caso de Siri 3.
Además, cuenta con bloqueo de viaje para que no se encienda solo durante los trayectos y con una función de apagado automático tras 20 minutos de uso para evitar el sobrecalentamiento.
Debido a su diseño, de entrada puede parecer complicado utilizarlo en pareja además del más que evidente uso en solitario. Está claro que es un complemento para llegar al orgasmo también en compañía, pero puede servir de maravilla para delinear la piel de tu amante como paso previo a una estimulación más directa y jugar con la presión y la apertura del ángulo de la punta.
Dot Travel no es demasiado ruidoso, pero sí he notado un sonido de vibración algo más agudo, imagino que debido al tamaño. No obstante, es sutil y bajo las sábanas se vuelve imperceptible.
Por supuesto, esta pequeña versión de Dot también es sumergible, se puede usar en la ducha o en la bañera sin problema. Asimismo, funciona con batería y se puede poner a punto con el cargador que se incluye en la caja. Requiere unas dos horas de carga (o cuando las luces de la interfaz se queden fijas) para una hora de juego, lo cual me ha parecido algo más escaso tratándose de un juguete para viajes.
En cuanto al packaging, Dot Travel viene en la típica caja de LELO: negra y elegante y con esa ventanita transparente para poder ver el juguete. Incluye una bolsa de satén, el manual, el cargador, un lubricante monodosis y la garantía. Este vibrador está disponible en dos colores clásicos: rosa o morado.
Sobre el precio, Dot Travel no llega a las tres cifras. Me ha parecido un precio justo dada la calidad de los materiales, la tecnología y el diseño, aunque con la promoción actual en la web la diferencia con Dot Cruise no es tanta. Si bien es cierto que son juguetes iguales, salvo por la forma y el tamaño, el mango de la versión grande a mí me resulta más cómodo, por lo que creo que Dot Travel es perfecto para lo que ha sido diseñado: llevártelo de viaje.
En definitiva, Dot Travel nos ofrece lo mejor del superventas de LELO: precisión, potencia y elegancia, pero con un formato que lo hace ideal para llevártelo fuera de casa. Es discreto pero poderoso, un compañero irresistible para quienes queremos disfrutar de una profunda estimulación externa take away.
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