Cuenta la leyenda que, en la dinastía Edo, existía una geisha llamada Zoa que se saltó a la fama por un ritual íntimo llamado Mimikaki. Con la cabeza del cliente descansando en su regazo, Zoa tomaba un kanzashi (los adornos que llevaban en el pelo las geishas) y empezaba a acariciarle alrededor de la oreja. Se dice que esta técnica estimulaba la imaginación de los clientes hasta tal punto que se rendían por completo a las fantasías de su imaginación. Este ritual se extendió por todo el imperio y, todavía hoy, se sigue practicando.
Desde luego, Zoa diseñó un ritual muy efectivo, porque las orejas tienen muchas terminaciones nerviosas, por eso son tan sensibles al tacto, a los susurros o a los besos suaves. La destreza de esta geisha inspiró el juguete del que quiero hablarte hoy, con el mismo nombre que nuestra protagonista.

Zoa forma parte de la colección de masajeadores íntimos de Shunga, una marca canadiense que se caracteriza por utilizar una estética inspirada en el arte shunga, es decir, pinturas eróticas japonesas. Inicialmente, Shunga fabricaba y comercializaba productos de cosmética erótica, pero desde hace unos años han incorporado una línea de juguetería erótica.
Y si sus productos de cosmética estaban diseñados con el mismo mimo que el arte shunga, los juguetes no podían ser menos. El año pasado te hablé de Obi, un masajeador externo, y es que cada producto tiene un diseño especial inspirado en este arte japonés. De hecho, cada uno de ellos tiene una textura única en la superficie. En el caso de Zoa es esta cruz lobulada.
Además, cada juguete está pensado para ofrecer un tipo de estimulación distinta. Si Obi era perfecto para complacernos de forma externa, Zoa nos propone rendirnos al placer con su formato de magic wand 2 en 1. Por un lado, tiene un cabezal ancho que se adapta a la anatomía de la vulva para un rango de estimulación amplio y envolvente. Y, por el otro, el mango se puede utilizar como dildo o vibrador, por lo que podemos disfrutar de dos juguetes diferentes en uno solo.
Zoa tiene varios detalles que lo hacen distinto de cualquier otro juguete que hayamos podido experimentar. A diferencia de las magic wand habituales, tiene una forma mucho más curva y un cabezal más redondeado. Estas dos características hacen del juguete una versión más ergonómica respecto a las clásicas magic wand, tanto para sostenerla con más amplitud como para conseguir una estimulación más cómoda con el cabezal. Además, la punta es ligeramente flexible (se puede doblar unos 15 grados a cada lado), lo cual nos permite jugar con el ángulo y la presión.
En cuanto al material, Zoa está fabricado en silicona hipoalergénica y tiene un acabado suave y agradable al tacto. Su diseño es único y elegante, tanto en el cabezal como en el mango o la parte central del juguete, donde se ubica la interfaz bajo un anillo dorado con la insignia de la marca.
Como te comentaba más arriba, Zoa es un juguete 2 en 1 que nos permite estimularnos de forma externa con el cabezal o interna con el mango, que imita la forma de un dildo o vibrador para la zona G. A pesar de la gran ventaja que supone combinar ambos juguetes, hay dos detalles a tener en cuenta. El primero es que Zoa tiene un solo motor ubicado en el cabezal, por lo que la vibración que llega al extremo interno es residual. Como vibrador para la zona G tal vez se nos quede corto en potencial. Y el segundo, que al utilizar el mango para sostener el juguete, esas vibraciones residuales que se extienden por el mango pueden resultar molestas después de un rato de uso.
Es por ello que debes tener en cuenta el uso que le darías a este juguete: si tan solo buscas una magic wand tal vez prefieras un juguete que concentre las vibraciones en el cabezal, y si solo quieres un vibrador externo necesites algo más de potencia. Precisamente, lo que hace diferente a Zoa es su versatilidad, por lo que es ideal para ti si quieres disfrutar ambas funciones: estimulación externa e interna.
En mi experiencia, Zoa es todo un acierto en cuanto a diseño, tanto del cabezal como del propio mango curvo. Me ha resultado un juguete ligero y muy cómodo de utilizar como magic wand y agradable también como vibrador para la zona G, aunque las vibraciones son suaves y lo he utilizado más bien como dildo. Con 12,5 cm insertables, ofrece una penetración firme y profunda que resulta más sensorial por la textura que envuelve el mango.
A pesar de que los juguetes de este tipo son conocidos por su potencial para la masturbación en solitario, se pueden utilizar en pareja. Por ejemplo, para disfrutar de masajes eróticos mutuos donde el cabezal va explorando zonas tensas y zonas erógenas, pero también es ideal para masturbar a tu pareja mientras te está haciendo sexo oral. La longitud y la curvatura del mango permiten darle este uso tan excitante.
Toda magic wand debe ser muy potente para poder llamarse así, y Zoa está a la altura. Tiene un motor fuerte, discreto y un rango de 5 intensidades: 20 %, 40 %, 60 %, 80 % y 100 %. Y, además, ofrece 10 modos de vibración distintos que nos permiten explorar y experimentar el placer de diferentes maneras.
Podemos disfrutar de cada modo con la intensidad que nos apetezca gracias a la interfaz de tres botones estratégicamente ubicada. Es fácil de manejar durante el uso y nos permite ir cambiando de modo pulsando el botón de encendido y bajando o subiendo la intensidad con – y +. Para encenderlo y apagarlo basta con pulsar 3 segundos el botón de encendido. He echado en falta aprovechar el cuarto orificio del diseño (donde hay un botón no funcional) para un botón que facilitara volver al modo anterior.
De Zoa también me ha encantado una peculiaridad que comparte con Obi: el indicador de luz. En el aro dorado hay una pequeña luz que, según el modo, se ilumina de un color u otro. Esta funcionalidad nos ayuda a dar con nuestro modo favorito de forma más sencilla. Asimismo, el indicador nos informa sobre el estado de la carga: mientras se está cargando parpadea y, cuando está listo para usarse, la luz permanece fija.
Zoa es un juguete resistente al agua y recargable, hay que insertar la clavija en uno de los laterales y conectar el cargador a la corriente. Requiere unas dos horas y media de carga para entre una hora (máxima potencia) y tres horas (mínima potencia) de uso. Para evitar imprevistos durante los traslados, cuenta con modo bloqueo (pulsando 8 segundos el botón de encendido).
La historia de la geisha Zoa impregna el packaging del producto: desde una ilustración con su figura hasta la textura que también vemos en el juguete. Zoa está presentado en un estuche con imán y detalles dorados, elegante y exclusivo. En la caja se incluye el cargador, el manual de uso, la garantía de un año y una bolsita de tela para guardarlo o transportarlo. En cuanto a los colores, este juguete está disponible en rosa, negro y frambuesa.
En definitiva: Zoa es un juguete ideal si buscas versatilidad y quieres experimentar una estimulación externa potente y una penetración envolvente con posibilidades tanto en solitario como en pareja. Además, es perfecto para liberar las tensiones del día a día y estimular nuestro sistema nervioso de forma tan placentera como lo hacía la geisha Zoa en su poderoso ritual.