Ella, tan amada podría resumirse en una sola palabra: Annemarie. Una sola mujer que engloba muchas, a la vez. Annemarie es viajera, poeta, novelista, mujer de un cónsul francés, paciente en el psiquiátrico de Bellevue, lesbiana, periodista, arqueóloga, hija y hermana, amiga. Leerse Ella, tan amada, es conocer y comprender o, por lo menos, intentar hacerlo, a Annemarie Schwarzenbach.
Tras una exhaustiva investigación que ha llevado a Melania G. Mazzuco, durante años, por los diarios, escritos, privados y los ya publicados, fotografías y películas, ha conseguido reconstruir de nuevo a este personaje trágico, autodestructivo y vulnerable que quiere ser feliz pero que no sabe cómo. Su búsqueda incesante de ese algo que no sabe bien qué es la lleva a visitar cuatro continentes y la conduce a una vida extraordinaria y atormentada en la que se niega a conformarse con lo que la sociedad le ofrece.
Hija de una acaudalada e importante familia suiza, su vida se verá influenciada por la rígida figura de su madre y la permanente mirada de desaprobación sobre cualquier cosa que haga su hija, y su relación casi obsesiva con los gemelos Mann, Erika y Klaus, alemanes de origen judío e hijos de Thomas Mann, escritor de La muerte en Venecia. Amante de la primera y amiga íntima del segundo, su dependencia de ambos, marcó fuertemente sus días y su futuro en un período histórico en el que los nazis ascendían al poder y daba comienzo el III Reich. Su relación con ellos marcaría a Alemania como punto de partida de un viaje vital que la llevaría a Persia, o lugares tan dispares entre sí como España, Estados Unidos o el Congo Belga, donde Annemarie viviría su breve, pero plena, vida con la mayor libertad posible.
Mazzucco ha querido corregir el injusto olvido al que ha sido relegada esta mujer, enigmática, inquieta e inquietante, como ha sido descrita en el Neue Zürcher Zeitung, el periódico suizo de mayor tirada, y movida por la fascinación que su persona causa ha escrito Ella, tan amada, una apasionante crónica de una, también apasionante, vida.