
Pues bien, el gobierno del Partido Popular ha revisado, como cada año, la concesión o mantenimiento de la condición de utilidad pública de ciertas asociaciones, y ha decidido mantener esta condición a Hazte Oir, a quien incluyó en la lista el ex ministro popular Fernández Díaz, y otorgársela a su vez a la Federación Católica Española de Servicios a la Juventud Femenina, una plataforma antiabortista. Casualmente, según informa Público, este grupo fue presidido por María Antonia Avilés, ex eurodiputada del PP.
La vergüenza no queda ahí. El ejecutivo le retira esta condición a la Sociedad Española de Quimioterapia, fundación que investiga sobre este tratamiento, al Comité de Defensa de los Refugiados, Asilados e Inmigrantes en el Estado Español, que la tenía desde 1989, y también a la Asociación Alba de Ayuda y Reinserción del Toxicómano, que trabaja con personas afectadas por drogodependencias y/o el VIH, y que presta especial atención a la prevención del uso de drogas.
El que una asociación sea o no declarada de utilidad pública es algo más que un reconocimiento nominal, puesto que con ello vienen implícitos beneficios fiscales para la asociación, pero también para aquellas personas que les donen dinero: las personas físicas pueden deducirse en la renta el 25% de la cantidad donada. En lo que respecta a las entidades, hay una rebaja del tipo impositivo en el Impuesto sobre Sociedades del 10%, están exentos del Impuesto de actividades económicas, del IBI, de la plusvalía municipal, rebajas en el IVA, y están a su vez exentos del impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
Hay asociaciones que, sin estos beneficios fiscales, no podrían sobrevivir. Y otras que, al otorgárselo, hacen más y más negocio a costa de denigrar a otras personas, y a base de incumplir las leyes. HazteOir cuenta con un presupuesto aproximado de 2,6 millones de euros, que consigue con las cuotas de los 7000 socios, los eventos y los donativos, que como ya hemos visto desgravan una barbaridad y es fiscalmente ventajoso.
El mensaje que se lanza desde el gobierno del Partido Popular es claro: la utilidad pública cambia de significado, y ahora es lo que más cerca está a mi mentalidad, y quiero ahorrarme dinero al donar, y ahorrarles dinero para que sigan en su cruzada contra el siglo XXI. Es curioso, viniendo de quienes opinan que el Estado debe permanecer lo más ajeno posible a las actividades económicas de los ciudadanos, que estas medidas supongan ganar dinero con beneficios fiscales aprobados por ese mismo Estado.
Vía: Público

